Saliendo de la rutina. [Adrian]

Lo que mas me gustaba de todo el día, era el atardecer y mas en otoño, de lo que me agradaba de mi condición era el que podía resistir el frío, ni tampoco estaba muy helado, solo el aire era fresco pero estaba un poco caluroso, era normal para una isla tropical. Me senté en un árbol caído, se veía muy viejo y herido, eso me hacía sentir nostalgia, pero por el momento me serviría para observar en lo alto y lo poco que se veía, mi amado atardecer.

De mi mochila saque a escondidas la cerveza muggle que me había comprado, sabía que a veces los profesores le gustaba merodear y estar enterados de todo, el cuidar a sus alumnos no me la creía del todo, para mi, eran hombres y mujeres chismosos, pero podía con ello, por algo había reclamado tres años completos para que me enviaran a una Academia, necesitaba ser... sociable?, no esa no era la palabra, supongo que era conocer y olvidar los problemas de mi hogar.

Bebí un sorbo largo de mi lata de cerveza, esto quitaba las ansias de sangre, o por lo menos unos dias o un día al menos que alguien se cortara en frente mío; reí levemente a imaginarlo había gente tan estúpida y patosa pero eso no quitaba la diversión que me complacían.

Oh vamos… ¿era necesario envíamele a una Academia que se encontraba aislada del mundo? Realmente me parecía algo innecesario, no iba a cambiar mi forma de ser por el simple hecho de que me mandaran en medio de la nada, pensaba que mis padres eran un poco más inteligentes que eso. Ubique mis cosas en la cabaña que pertenecía a mi recién asignada tribu y decidí que era mejor explorar un poco el lugar donde iba a vivir el próximo año…

La isla era realmente grande, por lo que me costaría días, sino semanas, en conocer todo el lugar y no perderme en el trascurso de estas “expediciones”. Lo primero que me encontré al dar los primeros pasos era un enorme bosque, un buen lugar para esconderse si quieres saltearte clases u ocultar algo que está prohibido. Sonreí inmediatamente y me adentre entre los altos arboles verdes, metí mis manos en los bolsillos de mis pantalones observando todo periféricamente, recordando cada detalle para encontrar la salida luego.

Un objeto de un resaltante color rojo ¿o era naranja? llamo mi atención, me aserque con silenciosa lentitud hasta que estuve a escasos metros de su espalda. El extraño objeto en realidad era una joven de espalda con un llamativo color de cabello- mmm creo que quiero un poco de aquello- comente despreocupadamente, con voz suave ya que no queria espantarla, al obserbar que se llevaba una botella a los labios.

Una voz masculinas hizo que mi amado silencio se desvaneciera, aunque ya había escuchado sus pasos, tuve la esperanza que se fuera a otro lado, pero ya que ahora lo tenía por la espalda queriendo de mi bebida; tenía que ser propia y educada, esa fue la enseñanza de mi madre; me voltee alzando un poco mis ojos, tenía aspecto de problemático, algo cruel y estaba aburrido, pero su semblante se iba siendo cada vez mas amoroso, su piel me agradaba eso quería decir que no le agradaba mucho el sol.

Le ofrecí mi cerveza mirándolo directamente a los ojos, no lo iba a dejar con sed al pobre, quizás cuanto que no bebía o cuanto tiempo habrá caminado, por eso esta vez sería un poco cortes con mi recién llegado.

-no se si es de tu gusto la cerveza muggle, pero quita la sed, aunque si te bebes una botella rapido tu solo se te va a la cabeza y ya no te acuerdas de tu existencia.

Le dedique una sonrisa inocente, por lo menos los otros era mas débiles para que yo lograra ese efecto tenia que beber dos botellas completas de unos cuantos sorbos largos; lo sabía por los muggles que habían estado a mi lado, todos aquellos que les hacia beber para ver sus encantadoras acciones.

-Emily Lamoretti, es un gusto conocerte chico... mmm... chico misterioso.

Me apoye distraídamente contra un árbol observando a la joven que tenía enfrente, era guapa pero tenía un aspecto extrañamente problemático, ya se… está muy mal prejuzgar a la gente, pero esa chica tenía un aura rebelde que definitivamente me gustaba. Contraproducente a mi hipótesis la chica fue realmente amable al tenderme la bebida, con naturalidad, como si le ofreciera bebidas a todas las personas desconocidas con las que se cruzaba.

Tome la botella y bebí un largo trago, el sabor amargo característico de las cervezas muggles lleno mi boca hasta que la trague, no era una de mis bebidas favoritas pero dentro de todo sabía bien aunque su graduación alcohólica era bastante reducida en comparación de lo que bebía ocasionalmente- gracias- le brinde una enorme sonrisa- no es tan mala... puedo decir que me agrada...- le confesé mientras alzaba una ceja para remarcar mi próxima frase- parece que tienes experiencia con esta bebida… ¿Cuántas veces se te ha ido a ti la cabeza?- le pregunte en tono divertido, sin creerme su aparente inocencia, le devolví la bebida y volví a mi anterior posición.

- Oh arruinare el misterio… un placer, soy Adrian Dragomir- le tendí mi mano para estréchasela- señorita llama alcohólica- le sonreí abiertamente ante la inocente burla de su color de pelo.