¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
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¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Aquella noche estaba mirando el crepusculo esconderse tras el horizonte, perdiendose en el más alla. El mas allá, se repitió. Esta zona de los terrenos de la escuela no la habia visitado en su corta estancia y no sabia porque habia tardado tanto en visitar las playas de la escuela. LLevaba el bikini debajo y bueno la toalla estaba debajo. Se mordio el labio inferior divertida y se incorporo de pie para quitarse el pantalon corto, despues la camiseta y quedarse completamente en bikini. Un baño nocturno no vendria mal de vez en cuando. Agarro las prendas para ponerlas cerca de una piedra, junto con la toalla que la estiro sobre el ancho de la arena.
Se solto el cabello que lo tenia recogido en un moño para peinarselo con los dedos, se lo echo hacia atrás y salio corriendo hacia el agua despreocupada de quien pudiera verla. Fue metiendose en la gelida agua caribeña hasta que le llegaba por encima del ombligo, acariciando su esbelto cuerpo y sumergiendo su cuerpo por completo para darse un capuzon en las saladas aguas. Estaba sola, sin prohibiciones, sin tapujos, solamente estaba ella y las estrellas junto con la madre mas bella de todas. La luna. Era su astro favorito y en cuanto fijo su mirada en la del horizonte tras recordar como vio el crepusculo esconderse y ver aparecer las primeras estrellas, noto un sobrecogimiento el cual le hizo sentirse sola.
No lo entendia bien, pero ahora que estaba dentro del agua, se puso a pensar sobre las cosas que hizo estando bajo el mandato de su madre. Siempre era todo ordenes, mandatos, recibio algun que otro castigo, pero posiblemente todo seria por su bien. No sabia como, pero en cualquier caso se sentia bien estando sola, sin ninguna presion familiar. Otro caso pendiente era la de su padre desconocido. Comenzo a nadar lentamente mientras le daba vueltas a la cabeza sobre ese tema.
No conocia a su padre, pero sentia que su sangre corria por sus venas y eso estaba presente en ella. Nadando y nadando, no se dio cuenta de que habia nadado demasiado y se encontraba en la parte honda del mar. Vale, otro lío. Intento flotar lo suficiente para ir en busca de alguna roca. Volvio poco a poco a la mitad de la paya a nado y se apoyo en las rocas donde habia dejado la ropa, junto con la toalla en la arena. Apoyo la frente en la roca y sentia las gotas recorrer su piel lentamente en humedas filas una detras de otra. ¿Pisadas? ¿quien andaba por ahi?
Lentamente fue saliendo de la roca cual sirena timida al conocer a un exxtraño. Se fijo un poco y vio a un chico de ojos rasgados, cabello medianamente desordenado y de color oscuro como la noche. Fruncio el ceño, pues le sonaba de algo, de alguna vez que le habia visto por los pasillos, pero solo de vista. Se escondio de repente pues sentia como un extraño calor, le recorria el cuerpo terminando en sus mejillas. Volvio a mirarle de nuevo y se quedo mirando al joven durante un rato, pensando en que hacer.
Se solto el cabello que lo tenia recogido en un moño para peinarselo con los dedos, se lo echo hacia atrás y salio corriendo hacia el agua despreocupada de quien pudiera verla. Fue metiendose en la gelida agua caribeña hasta que le llegaba por encima del ombligo, acariciando su esbelto cuerpo y sumergiendo su cuerpo por completo para darse un capuzon en las saladas aguas. Estaba sola, sin prohibiciones, sin tapujos, solamente estaba ella y las estrellas junto con la madre mas bella de todas. La luna. Era su astro favorito y en cuanto fijo su mirada en la del horizonte tras recordar como vio el crepusculo esconderse y ver aparecer las primeras estrellas, noto un sobrecogimiento el cual le hizo sentirse sola.
No lo entendia bien, pero ahora que estaba dentro del agua, se puso a pensar sobre las cosas que hizo estando bajo el mandato de su madre. Siempre era todo ordenes, mandatos, recibio algun que otro castigo, pero posiblemente todo seria por su bien. No sabia como, pero en cualquier caso se sentia bien estando sola, sin ninguna presion familiar. Otro caso pendiente era la de su padre desconocido. Comenzo a nadar lentamente mientras le daba vueltas a la cabeza sobre ese tema.
No conocia a su padre, pero sentia que su sangre corria por sus venas y eso estaba presente en ella. Nadando y nadando, no se dio cuenta de que habia nadado demasiado y se encontraba en la parte honda del mar. Vale, otro lío. Intento flotar lo suficiente para ir en busca de alguna roca. Volvio poco a poco a la mitad de la paya a nado y se apoyo en las rocas donde habia dejado la ropa, junto con la toalla en la arena. Apoyo la frente en la roca y sentia las gotas recorrer su piel lentamente en humedas filas una detras de otra. ¿Pisadas? ¿quien andaba por ahi?
Lentamente fue saliendo de la roca cual sirena timida al conocer a un exxtraño. Se fijo un poco y vio a un chico de ojos rasgados, cabello medianamente desordenado y de color oscuro como la noche. Fruncio el ceño, pues le sonaba de algo, de alguna vez que le habia visto por los pasillos, pero solo de vista. Se escondio de repente pues sentia como un extraño calor, le recorria el cuerpo terminando en sus mejillas. Volvio a mirarle de nuevo y se quedo mirando al joven durante un rato, pensando en que hacer.
Selene Silver- Status de sangre. : Mestizo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
El crepúsculo, era, aquel momento que dividía la noche del día, la luz de las tinieblas. Dos situaciones completamente opuestas, era como el bien y el mal, sin embargo ¿Cómo podía considerarse malo, algo tan bello, tan misterioso?
Para Lukas Von Weillschmidt la noche era el momento más hermoso, sentía como si el mismo perteneciera al nocturno, disfrutaba sobremanera la oscuridad bañada con el suave y plateado brillo de la luna; tenía la creencia de que él era una criatura nocturna, más de una vez se había sentido identificado con ellas, era un elfo después de todo, uno no muy bueno, por cierto. Pero aún así le agradaba dar paseos tranquilos de noche, ya fuera el bosque, las cascadas, el lago, el muelle… o como en este caso, la playa.
Caminó tranquilamente por la arena con los pies descalzos hundido en sus pensamientos, peguntándose cuanto tiempo más podría seguir apreciando la belleza en sus formas más simples, la idea en sí le aterraba, de verdad estaba confundido, tanto que no estaba seguro de lo que creía, siempre estaba esa barrera de lo bueno y lo malo, él estaba en medio, como una balanza de pronto equilibrada, luego, un día se movía precipitadamente hacia un lado y luego hacia el otro.
Sonrió para sí mismo cuando una brisa agradable revolvió sus cabellos oscuros y trajo consigo el aroma salado del mar; mas allá las olas se rompían en las rocas con intensidad férrea, pero más cerca de dónde él se hallaba el sonido del mar era canturreo suave y apacible. Su oído agudo le permitía apreciar cada sonido tan claro, desde el deslizarse de cada grano de arena entre sus pies, hasta los murmullos de las criaturas más allá, en el bosque. Prestando atención a cada susurro escuchó que la pasibilidad del mar se rompía en un cuerpo que no pertenecía a él, desvió la mirada hacia el lugar correcto y notó una figura femenina, aunque lejana su silueta esbelta se apreciaba, el dorado de sus cabellos ondulados la figuraban como una sirena, sin embargo no lo era, lo sabía. Era una chica humana, hermosa a su manera, siempre había tenido un gusto especial por las muchachas humanas a pesar de que conocía muchas elfas quienes eran la misma imagen de la perfección, pero ninguna le parecía especial a diferencia de las humanas que tenían esa chispa de inocencia y sus tiernas miradas infantiles.
Siguió cada movimiento de la muchacha como si apreciara una buena fotografía, como si quisiera embriagarse en silencio de cada detalle para no perder noción de éste. Ella ni siquiera se había percatado de su presencia, consideró que era lo mejor, no le gustaban las fotografías perturbadas, cuando creyó que ya había sido suficiente volvió la mirada hacia otro sitio buscando una nueva distracción, se dejó caer en el suelo con las piernas cruzadas y se hundió de nuevo en el torbellino que eran los pensamientos de su mente. No supo cuanto tiempo estuvo así, los minutos habían corrido, quizás volado, se había hecho más tarde y él no se había percatado de ello. Salió de su repentino trance, entonces sintió como si alguien lo observara, volvió su cabeza hacia un lado y se encontró nuevamente con la chica del mar, de pronto en un movimiento torpe desapareció tras la roca en la cual se posaba.
Lukas Rió entre dientes, divertido y se puso de pie, acaba de encontrar algo interesante que hacer. Acortó el tramo que les separaba, acercándose cuan misteriosa criatura, le sonrió al verla nuevamente devolverle la mirada.
—Es un poco embarazoso si nos quedamos mirando el uno a otro como estudiantes de primero. ¿no crees? Incluso llega a ser molesto.
Se pasó una mano por el cabello apartándose el fleco que caía sobre sus ojos.
—Soy Lukas VonWeillschmidt ¿Con quien tengo el placer de encontrarme en esta noche tan hermosa?
La miró directamente a los ojos.
Para Lukas Von Weillschmidt la noche era el momento más hermoso, sentía como si el mismo perteneciera al nocturno, disfrutaba sobremanera la oscuridad bañada con el suave y plateado brillo de la luna; tenía la creencia de que él era una criatura nocturna, más de una vez se había sentido identificado con ellas, era un elfo después de todo, uno no muy bueno, por cierto. Pero aún así le agradaba dar paseos tranquilos de noche, ya fuera el bosque, las cascadas, el lago, el muelle… o como en este caso, la playa.
Caminó tranquilamente por la arena con los pies descalzos hundido en sus pensamientos, peguntándose cuanto tiempo más podría seguir apreciando la belleza en sus formas más simples, la idea en sí le aterraba, de verdad estaba confundido, tanto que no estaba seguro de lo que creía, siempre estaba esa barrera de lo bueno y lo malo, él estaba en medio, como una balanza de pronto equilibrada, luego, un día se movía precipitadamente hacia un lado y luego hacia el otro.
Sonrió para sí mismo cuando una brisa agradable revolvió sus cabellos oscuros y trajo consigo el aroma salado del mar; mas allá las olas se rompían en las rocas con intensidad férrea, pero más cerca de dónde él se hallaba el sonido del mar era canturreo suave y apacible. Su oído agudo le permitía apreciar cada sonido tan claro, desde el deslizarse de cada grano de arena entre sus pies, hasta los murmullos de las criaturas más allá, en el bosque. Prestando atención a cada susurro escuchó que la pasibilidad del mar se rompía en un cuerpo que no pertenecía a él, desvió la mirada hacia el lugar correcto y notó una figura femenina, aunque lejana su silueta esbelta se apreciaba, el dorado de sus cabellos ondulados la figuraban como una sirena, sin embargo no lo era, lo sabía. Era una chica humana, hermosa a su manera, siempre había tenido un gusto especial por las muchachas humanas a pesar de que conocía muchas elfas quienes eran la misma imagen de la perfección, pero ninguna le parecía especial a diferencia de las humanas que tenían esa chispa de inocencia y sus tiernas miradas infantiles.
Siguió cada movimiento de la muchacha como si apreciara una buena fotografía, como si quisiera embriagarse en silencio de cada detalle para no perder noción de éste. Ella ni siquiera se había percatado de su presencia, consideró que era lo mejor, no le gustaban las fotografías perturbadas, cuando creyó que ya había sido suficiente volvió la mirada hacia otro sitio buscando una nueva distracción, se dejó caer en el suelo con las piernas cruzadas y se hundió de nuevo en el torbellino que eran los pensamientos de su mente. No supo cuanto tiempo estuvo así, los minutos habían corrido, quizás volado, se había hecho más tarde y él no se había percatado de ello. Salió de su repentino trance, entonces sintió como si alguien lo observara, volvió su cabeza hacia un lado y se encontró nuevamente con la chica del mar, de pronto en un movimiento torpe desapareció tras la roca en la cual se posaba.
Lukas Rió entre dientes, divertido y se puso de pie, acaba de encontrar algo interesante que hacer. Acortó el tramo que les separaba, acercándose cuan misteriosa criatura, le sonrió al verla nuevamente devolverle la mirada.
—Es un poco embarazoso si nos quedamos mirando el uno a otro como estudiantes de primero. ¿no crees? Incluso llega a ser molesto.
Se pasó una mano por el cabello apartándose el fleco que caía sobre sus ojos.
—Soy Lukas VonWeillschmidt ¿Con quien tengo el placer de encontrarme en esta noche tan hermosa?
La miró directamente a los ojos.
Lukas Von Weillschmidt- Status de sangre. : Sangre Pura.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Le miro a los ojos fijamente y no pudo evitar mostrar una sonrisa tímida ante aquella mirada y a esa sonrisa que parecían sacadas de la perfeccion oculta de la belleza. Se acerco un poco al joven que decia llamarse Lukas y un apellido largo y dificil de pronunciar, pero asintio a modo de saludo y sonrio de nuevo aun mas.
-Yo me llamo Selene, Selene....-Dudaba si decirle el apellido pero toda la gente lo hacia, ¿No?--Silver...-Termino de hablar y miro de arriba a abajo al joven. ¿Ahora se tenia que salir ella del agua o simplemente esperar a que se arrugase dentro del agua? Sacudio su cabeza y estornudo de repente separandose de las rocas. Se tapo de la mirada y la sonrisa de Lukas un poco sonrojada y la verdad, solo la habia visto estornudar su madre cuando estaba en su casa. Se metio en el agua de nuevo separandose poco a poco de Lukas, pero penso que seria muy descortes alejarse asi. Se fijo en sus ojos claros y le dedico una sonrisa.
-¿Me puedes pasar la toalla, por favor?-Dijo educadamente a Lukas que parecia fijarse mucho en ella. ¿Tenia monos en la cara? Disimuladamente se acariciaba la cara para ver si tenia alguna alga, o alguna cosa que la ridiculizara de su aspecto, pero al parecer no tenia nada. Saco las manos del agua y suspiro deliberadamente al ver que estaban arrugadas como pasas. Vaya. Fue saliendo poco a poco del mar salada, cogio sus prendas y de repente se le engancho el lazo del bikini de la parte de abajo a un pico de las rocas e hizo que Selene se metiera de nuevo dentro del mar, ocultandose detras de las rocas para atarse de nuevo el bikini.
Que verguenza...Se retiro de las rocas poco a poco y sintio que habia echo el ridiculo, como siempre. De todas maneras, tenia que salir del agua si queria secarse. Fue caminando lenta por causa del agua, pero al llegar a la orilla se abrazo a si misma para darse calor pues cuando salio del mar, una brisa acaricio su cuerpo e hizo que tiritara de frio.
-Yo me llamo Selene, Selene....-Dudaba si decirle el apellido pero toda la gente lo hacia, ¿No?--Silver...-Termino de hablar y miro de arriba a abajo al joven. ¿Ahora se tenia que salir ella del agua o simplemente esperar a que se arrugase dentro del agua? Sacudio su cabeza y estornudo de repente separandose de las rocas. Se tapo de la mirada y la sonrisa de Lukas un poco sonrojada y la verdad, solo la habia visto estornudar su madre cuando estaba en su casa. Se metio en el agua de nuevo separandose poco a poco de Lukas, pero penso que seria muy descortes alejarse asi. Se fijo en sus ojos claros y le dedico una sonrisa.
-¿Me puedes pasar la toalla, por favor?-Dijo educadamente a Lukas que parecia fijarse mucho en ella. ¿Tenia monos en la cara? Disimuladamente se acariciaba la cara para ver si tenia alguna alga, o alguna cosa que la ridiculizara de su aspecto, pero al parecer no tenia nada. Saco las manos del agua y suspiro deliberadamente al ver que estaban arrugadas como pasas. Vaya. Fue saliendo poco a poco del mar salada, cogio sus prendas y de repente se le engancho el lazo del bikini de la parte de abajo a un pico de las rocas e hizo que Selene se metiera de nuevo dentro del mar, ocultandose detras de las rocas para atarse de nuevo el bikini.
Que verguenza...Se retiro de las rocas poco a poco y sintio que habia echo el ridiculo, como siempre. De todas maneras, tenia que salir del agua si queria secarse. Fue caminando lenta por causa del agua, pero al llegar a la orilla se abrazo a si misma para darse calor pues cuando salio del mar, una brisa acaricio su cuerpo e hizo que tiritara de frio.
Selene Silver- Status de sangre. : Mestizo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Todavía la observaba, sólo porque ella lo observaba como si fuera un fantasma o un ser de dudosa procedencia, además tenía el orgullo de que no desviaría la mirada mientras alguien lo viera, no era lógico que él se cohibiera o algo parecido cuando cualquier persona le observara de forma insistente, de alguna manera ya se había acostumbrado a eso, era un acto común por parte de los demás que le rodeaban o que al menos pasaban por su lado. Lukas era la clase de chico que siempre llamaba la atención a donde quiera que fuera.
Siguió cada movimiento de la muchacha aún después de que ella dejó de mirarlo pues una curiosidad repentina nació en su interior para con la chica rubia, no se debía a su belleza, si no a que le resultaba ligeramente familiar, a que sus movimientos torpes y ese rubor rosado tan encantador que la sonrojaban cada dos por tres, notó que con su presencia ella parecía incómoda, quizás no le gustaba que la vieran con tan poca ropa, pensó, aunque ese no era problema suyo él no la había desvestido y por respeto omitió los atributos de la chica como un lugar perfecto para posar su mirada.
Selene Silver, mencionó y lo supo enseguida, varios recuerdos de diferentes épocas le vinieron a la cabeza, tenía consciencia de quien era ella al mismo tiempo que un recuerdo, de los más recientes le hizo reír ligeramente al recordar que se trataba de la misma chica del comedor. Esa humana torpe que… seguía siendo torpe por lo que podía apreciar de ella hasta ahora. El mundo era increíblemente pequeño, él y Selene Silver a solas en la playa… fantástico.
Lukas tomó la toalla del suelo y se acercó por detrás de ella, con una sonrisa amplia iluminando su rostro, una sonrisa que no llegaba exactamente a reflejarse en su mirada, azul tan oscuro como el mar en esa noche. Dejó caer la toalla sobre los hombros de Selene y la cubrió.
—Es una noche hermosa, pero helada, podrías pescar un resfriado—musitó con notas suaves y sensuales en el oído de la chica—Eso sería muy malo.
Se apartó pasando por un lado de ella hasta estar frente a frente una vez más, sus movimientos eran felinos y calculadores, como un cazador acorralando a su presa, pero era un cazador que sabía bien como y cuando actuar… lo que le hacía más peligroso.
—Por cierto, eres la chica del comedor… —comentó desinteresadamente sin dejar de sonreír afablemente a la muchacha para inspirarle confianza—Debo disculparme por mi comportamiento aquel día… no era un buen momento. Lamento haber sido tan descortés contigo, no siempre soy así.
Definitivamente era el peor momento, pero no daría a nadie explicaciones sobre ese asunto.
Lukas Von Weillschmidt- Status de sangre. : Sangre Pura.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Se estremeció de arriba abajo en cuanto aquellas palabras lentas rozaron sus oídos advirtiéndola de un catarro. Fue como si el calor de un dragón te rozara suavemente, derritiendo una gélida barrera creada por ti misma y en un segundo temblar produciendo que tu respiración se acelerase de repente. Intento calmarse un poco, pero la mirada de Lukas la intimidaba, se lamio los labios pues los tenía secos de repente.
Cerró la boca y bajo la mirada tímida, fue a meter un mechón de pelo detrás de la oreja, pero este estaba húmedo y no se colocaba detrás así que desistió. Saco su melena dorada de debajo de la toalla y lo que hizo fue agradecerle a Lukas por haberla cubierto con la toalla con un inocente beso en la mejilla. Separo su rostro de él y saco la mejor de sus sonrisas.
-Espero que aquello que fuera un problema se haya solucionado-dijo con una voz inocente y tranquila. Por un momento pensó que Lukas era el típico chico rebelde, al que todas las mujeres tienen que caer a sus pies porque sí, bueno, podría pero aquella disculpa que escucho de Lukas hizo que su manera de pensar sobre Lukas fuera otra distinta. Negó con la cabeza levemente mientras sonreía-pero admite que te reíste un poco…al menos, cuando hice el ridículo con esos zapatos-Se agarró la toalla más fuerte-pero es que el zapato plano me hace más bajita y bueno, procuro llevarlo lo menos posible…-Miró a algún sitio y se fijó en su tobillo el cual se había torcido y aun le dolía un poco. Ir con unos zapatos de tacón tenía sus consecuencias. Se secó la cara húmeda con la toalla y miro a Lukas fijamente.
-Gracias por cubrirme con la toalla-Le guiña un ojo instintivamente, jugando un poco a ser coqueta pues ya que nadie los veía juntos y lejos de las barreras fraternales a las que Selene estaba sometida a diario, se relajó un poco a lo que se refería a soltarse un poco. Por lo pronto, un poquito y luego ya se vería. Se dirigió hacia donde se encontraba su ropa, cogió la camiseta mientras deslizaba lentamente la toalla por su cuerpo y la dejaba en la roca. Se puso la camiseta estirándola hasta cubrirla los muslos.
Se puso el pantalón y lentamente lo deslizaba hasta su pelvis insinuadamente hasta que termino por abrocharse el botón del pantalón corto. Recogió la toalla y volvió al lado de Lukas-¿Damos…-hizo una pausa-un paseo?-Termino por decir si daban un paseo pero cayó en la cuenta de que tenía que sacar tema de conversación pero ¿De que le hablaba? Seguramente las cosas eran mejor que salieran por si solas. Doblo la toalla para luego colocarla sobre su brazo y comenzar a sacudir el pelo un poco apartada de Lukas. Levanto el pelo hacia atrás y se peino un poco el pelo, para cuando se le secara, no pareciera desordenado.
-¿Encontraron el gato?-Pregunto algo curiosa de repente pues fue lo primero que se le ocurrio para romper el hielo entre los dos. Seguía sonriendo a Lukas pero mientras buscaba la varita, no la encontro. Miró dentro de un bolsillo de la toalla que tenia incorporado, pero cuando metio la mano, la sacó de repente al sentir un pinchazo. Tenia en la mano un leve corte en el que brotaba un poquito de sangre. Estiro la palma para ver mejor la herida, miró dentro del bolsillo de nuevo y vio la varita. Colgo la toalla de su brazo, agarro la varita y apunto a la herida-¡Ferula!-De la varita una cinta de tela color blanquecina salio de la varita envolviendo la pequeña herida. Volvio a guardar la varita con cuidado dentro del bolsillo haciendolo desaparecer en un suelo sin fondo.
Cerró la boca y bajo la mirada tímida, fue a meter un mechón de pelo detrás de la oreja, pero este estaba húmedo y no se colocaba detrás así que desistió. Saco su melena dorada de debajo de la toalla y lo que hizo fue agradecerle a Lukas por haberla cubierto con la toalla con un inocente beso en la mejilla. Separo su rostro de él y saco la mejor de sus sonrisas.
-Espero que aquello que fuera un problema se haya solucionado-dijo con una voz inocente y tranquila. Por un momento pensó que Lukas era el típico chico rebelde, al que todas las mujeres tienen que caer a sus pies porque sí, bueno, podría pero aquella disculpa que escucho de Lukas hizo que su manera de pensar sobre Lukas fuera otra distinta. Negó con la cabeza levemente mientras sonreía-pero admite que te reíste un poco…al menos, cuando hice el ridículo con esos zapatos-Se agarró la toalla más fuerte-pero es que el zapato plano me hace más bajita y bueno, procuro llevarlo lo menos posible…-Miró a algún sitio y se fijó en su tobillo el cual se había torcido y aun le dolía un poco. Ir con unos zapatos de tacón tenía sus consecuencias. Se secó la cara húmeda con la toalla y miro a Lukas fijamente.
-Gracias por cubrirme con la toalla-Le guiña un ojo instintivamente, jugando un poco a ser coqueta pues ya que nadie los veía juntos y lejos de las barreras fraternales a las que Selene estaba sometida a diario, se relajó un poco a lo que se refería a soltarse un poco. Por lo pronto, un poquito y luego ya se vería. Se dirigió hacia donde se encontraba su ropa, cogió la camiseta mientras deslizaba lentamente la toalla por su cuerpo y la dejaba en la roca. Se puso la camiseta estirándola hasta cubrirla los muslos.
Se puso el pantalón y lentamente lo deslizaba hasta su pelvis insinuadamente hasta que termino por abrocharse el botón del pantalón corto. Recogió la toalla y volvió al lado de Lukas-¿Damos…-hizo una pausa-un paseo?-Termino por decir si daban un paseo pero cayó en la cuenta de que tenía que sacar tema de conversación pero ¿De que le hablaba? Seguramente las cosas eran mejor que salieran por si solas. Doblo la toalla para luego colocarla sobre su brazo y comenzar a sacudir el pelo un poco apartada de Lukas. Levanto el pelo hacia atrás y se peino un poco el pelo, para cuando se le secara, no pareciera desordenado.
-¿Encontraron el gato?-Pregunto algo curiosa de repente pues fue lo primero que se le ocurrio para romper el hielo entre los dos. Seguía sonriendo a Lukas pero mientras buscaba la varita, no la encontro. Miró dentro de un bolsillo de la toalla que tenia incorporado, pero cuando metio la mano, la sacó de repente al sentir un pinchazo. Tenia en la mano un leve corte en el que brotaba un poquito de sangre. Estiro la palma para ver mejor la herida, miró dentro del bolsillo de nuevo y vio la varita. Colgo la toalla de su brazo, agarro la varita y apunto a la herida-¡Ferula!-De la varita una cinta de tela color blanquecina salio de la varita envolviendo la pequeña herida. Volvio a guardar la varita con cuidado dentro del bolsillo haciendolo desaparecer en un suelo sin fondo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
—Las tareas académicas siempre se solucionan—respondió como si su problema se debiera a la cantidad de deberes que les ponían los profesores. —Y si, me reí, no poco sino mucho. Mi disculpa se debía a mi falta de educación. Aún no hay una regla en esta academia que diga que no podemos reírnos de las hermosas estudiantes que andan besando el suelo continuamente.
Terminó con una tórrida sonrisa autosuficiente y juguetona.
Aquella chica era como un abalorio exótico, del cual Lukas sentía la necesidad de descubrir sus secretos, esa chica no era para él por cientos de razones y excusas, pero hasta ahora nadie le había prohibido disfrutar un poco de lo que estaba prohibido, era incluso más tentador y llamativo, aquello que tenía la palabra escrita con tinta invisible le atraía más y más, nunca había podido evitarlo… venía de familia.
Movió la cabeza hacia un lado preguntándose ¿por qué estaba pensando como si anduviera buscando otra novia? Costumbre, tal vez. Habían pasado muchos meses desde que había tenido una pareja, aunque no muchas semanas desde que había tenido chicas, sin embargo la situación empezaba a fastidiarle bastante, últimamente la diversión se veía disminuida por no sabía que razón, quizás ya se estaban acabando las opciones, en estos días a las chicas se les daba de pasatiempo hacerse las mojigatas… Selene Montesco era claro ejemplo de lo que estaba pensando, aunque claro, más que una mojigata Selene era una niña todavía quien no podía deshacerse de esas ideas de amor infantil que a Lukas tanto le molestaban, aunque pensándolo bien, si la chica maduraba ya no tendría de quien burlarse.
Exactamente pensaba en la que era como su prima cuando la rubia que le acompañaba mencionó al gato, se preguntó si tenía algún poder para leerle la mente y sabía lo que estaba pasando por su cabeza todo el tiempo, la observó analíticamente y negó para sí su suposición absurda; parecía un poco paranoico pero le desagradaba que hurgaran en su cabeza como si fuera un libro abierto. “Calma” se dijo acordando que simplemente se trataba de una coincidencia, pero por si las dudas cerró su mente a cualquier intruso que pudiera entrar sin que lo llamaran.
—No lo se, aunque no lo he visto en la cabaña… probablemente lo encontró y volvió a huir, a los animales, sobre todo a los felinos les gusta ser libres… es lo mismo que sucede con los esclavos. —rió entre dientes divertido por la comparación… si, eran como animales que intentaban escapar todo el tiempo, claro que no era el caso de Sea porque aunque lo quisiera no podía.
Se colocó a lado de la chica para caminar junto a ella sin ninguna prisa, de alguna forma le agradaba estar así, sin preocuparse por nada más, con Maythar lejos de él, con la tranquilidad dominando el momento. No dijo nada por un momento pues su mente divagó nuevamente en sus pensamientos. Pero la tranquilidad se rompió repentinamente cuando una herida en la mano de Selene volvió su atención hacia ella, si que era una muchacha torpe; vio la herida, no era nada grave y la chica demostraba arreglárselas sola, no obstante se acercó a ella y tomó la mano delicada de la muchacha entre las suyas, quitó la bandita cuidadosamente y pasó su mano izquierda entre los dedos de Selene.
—Han matón—pronunció el hechizo en aquel idioma que sólo los elfos conocían y la herida desapareció por completo como si nunca hubiera estado allí.
Le sonrió a su compañera al mismo tiempo que soltaba sus manos pues no quería que con su timidez colapsara delante de él.
—Debes tener más cuidado, si te sigues hiriendo cada vez que nos encontramos no me quedará mas remedio que mantenerme alejado de ti—bromeó, Lukas sabía bromear aunque su humor no era comprendido por el noventa por ciento de la población— ¿Qué te ha traído esta noche aquí?
Volvió a emprender el paso dejando la pregunta al aire esperando que ella le siguiera.
Terminó con una tórrida sonrisa autosuficiente y juguetona.
Aquella chica era como un abalorio exótico, del cual Lukas sentía la necesidad de descubrir sus secretos, esa chica no era para él por cientos de razones y excusas, pero hasta ahora nadie le había prohibido disfrutar un poco de lo que estaba prohibido, era incluso más tentador y llamativo, aquello que tenía la palabra escrita con tinta invisible le atraía más y más, nunca había podido evitarlo… venía de familia.
Movió la cabeza hacia un lado preguntándose ¿por qué estaba pensando como si anduviera buscando otra novia? Costumbre, tal vez. Habían pasado muchos meses desde que había tenido una pareja, aunque no muchas semanas desde que había tenido chicas, sin embargo la situación empezaba a fastidiarle bastante, últimamente la diversión se veía disminuida por no sabía que razón, quizás ya se estaban acabando las opciones, en estos días a las chicas se les daba de pasatiempo hacerse las mojigatas… Selene Montesco era claro ejemplo de lo que estaba pensando, aunque claro, más que una mojigata Selene era una niña todavía quien no podía deshacerse de esas ideas de amor infantil que a Lukas tanto le molestaban, aunque pensándolo bien, si la chica maduraba ya no tendría de quien burlarse.
Exactamente pensaba en la que era como su prima cuando la rubia que le acompañaba mencionó al gato, se preguntó si tenía algún poder para leerle la mente y sabía lo que estaba pasando por su cabeza todo el tiempo, la observó analíticamente y negó para sí su suposición absurda; parecía un poco paranoico pero le desagradaba que hurgaran en su cabeza como si fuera un libro abierto. “Calma” se dijo acordando que simplemente se trataba de una coincidencia, pero por si las dudas cerró su mente a cualquier intruso que pudiera entrar sin que lo llamaran.
—No lo se, aunque no lo he visto en la cabaña… probablemente lo encontró y volvió a huir, a los animales, sobre todo a los felinos les gusta ser libres… es lo mismo que sucede con los esclavos. —rió entre dientes divertido por la comparación… si, eran como animales que intentaban escapar todo el tiempo, claro que no era el caso de Sea porque aunque lo quisiera no podía.
Se colocó a lado de la chica para caminar junto a ella sin ninguna prisa, de alguna forma le agradaba estar así, sin preocuparse por nada más, con Maythar lejos de él, con la tranquilidad dominando el momento. No dijo nada por un momento pues su mente divagó nuevamente en sus pensamientos. Pero la tranquilidad se rompió repentinamente cuando una herida en la mano de Selene volvió su atención hacia ella, si que era una muchacha torpe; vio la herida, no era nada grave y la chica demostraba arreglárselas sola, no obstante se acercó a ella y tomó la mano delicada de la muchacha entre las suyas, quitó la bandita cuidadosamente y pasó su mano izquierda entre los dedos de Selene.
—Han matón—pronunció el hechizo en aquel idioma que sólo los elfos conocían y la herida desapareció por completo como si nunca hubiera estado allí.
Le sonrió a su compañera al mismo tiempo que soltaba sus manos pues no quería que con su timidez colapsara delante de él.
—Debes tener más cuidado, si te sigues hiriendo cada vez que nos encontramos no me quedará mas remedio que mantenerme alejado de ti—bromeó, Lukas sabía bromear aunque su humor no era comprendido por el noventa por ciento de la población— ¿Qué te ha traído esta noche aquí?
Volvió a emprender el paso dejando la pregunta al aire esperando que ella le siguiera.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Se puso al lado de Lukas y comenzó a caminar por la playa junto con una sonrisa en su cara. ¿Cuidado?-El mundo está lleno de peligros y habrá que saber defenderse pronto, ¿no crees?-sonrió estando al lado de Lukas-Gracias por el hechizo, pero no lo conozco-Frunció el ceño mientras una curiosidad despertaba en su interior hacia Lukas. Iba caminando poco a poco por la extensa playa, hasta que tropezó con la arena y se agarró al brazo de Lukas que andaba cerca de ella. Le miro a los ojos un poco sonrojada y no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa-sí…pero creo que algo se empeña en que caiga en tus brazos-Dijo lentamente con la voz de un susurro cerca de Lukas. Le miro a los ojos y frunció poco después el ceño a modo de molestia por el tobillo.
-El motivo por el cual estoy aquí, es para descansar un poco de aquella vocecilla que está detrás de ti a todas horas…-cierra los ojos para olvidar la imagen de su madre escribiéndola a todas horas a pesar de estar en el mismo lugar que ella, las quejas de su madre, que si te recoloco el pelo. Iba pensando y resoplo de repente mirando al frente-Quiero a mi madre, pero…a veces no sé, es muy protectora conmigo.-baja la mirada mientras sigue al lado de Lukas. Se rasca la cabeza disimuladamente, lo coloca a un lado y se para un segundo. Mira a todos lados y vuelve a caminar junto a Lukas.
Estaba pasando un rato agradable junto con Lukas, tranquilo, ameno. Era la primera vez que estaba junto con un chico, era muy diferente a como pensaba una chica. Recordó lo que dijo del gato y no pudo evitar poner una cara de preocupación-Espero que no le pase nada al gato, pero quien sabe. Mi madre dijo que los de ese clan, apenas tienen escrúpulos.-Sonrió de lado hasta que por un momento pensó que su madre perteneció a ese clan...que cosas. Sentía la arena bajo sus pies, como se metían entre sus dedos haciéndole pequeñas cosquillas que se quedaban en simple caricias. Se soltó de Lukas pues podría estar molestándole y bueno a ella le molestaba que hubiera de nuevo aquel silencio incomodo de siempre. –Bueno… ¿Y a ti?-Pregunto con curiosidad y le miró fijamente a sus ojos claros.
-Debe de ser un día un poco largo ¿No crees? Pero…-Algo le interrumpió y giro su mirada hacia su derecha en dirección al mar. Frunció el ceño pues vio que había algo que se movía dentro del agua, produciendo ondas suaves a priori pasando a unas más grandes. Se quedó quieta curiosa por lo que era y de un salto, apareció un delfín del agua, brincando alegremente en el agua. Estaba lejos y ella estaba en la orilla con Lukas, pero no pudo resistirse en tirar la toalla a la cara de Lukas sin querer y tirarse al agua para acercarse al delfín. Estaba a dos pasos del delfín cuando este se le acerco a acariciarle el cuello con el hocico. Selene comenzó a acariciar el lomo del delfín y este pedía más mimos mientras Selene rompía a risas-jajaja, me haces cosquillas-Como si llegara a entenderle el delfín. Le encantaban los delfines, no podía evitarlo. Miro de reojo a Lukas mientras se sujetaba al delfín y desde donde estaba, le guiño un ojo a Lukas coquetamente. Se escondió detrás del delfín como si fuera un juego.
-¡¡Aaa…AaCHís!!-Selene estornudo de repente y el delfín la imito empapándola de un resoplido húmedo como haciendo que estornudaba-Eh…no me imites-Dijo cuándo el delfín reía moviendo las aletas hacia dentro.
-El motivo por el cual estoy aquí, es para descansar un poco de aquella vocecilla que está detrás de ti a todas horas…-cierra los ojos para olvidar la imagen de su madre escribiéndola a todas horas a pesar de estar en el mismo lugar que ella, las quejas de su madre, que si te recoloco el pelo. Iba pensando y resoplo de repente mirando al frente-Quiero a mi madre, pero…a veces no sé, es muy protectora conmigo.-baja la mirada mientras sigue al lado de Lukas. Se rasca la cabeza disimuladamente, lo coloca a un lado y se para un segundo. Mira a todos lados y vuelve a caminar junto a Lukas.
Estaba pasando un rato agradable junto con Lukas, tranquilo, ameno. Era la primera vez que estaba junto con un chico, era muy diferente a como pensaba una chica. Recordó lo que dijo del gato y no pudo evitar poner una cara de preocupación-Espero que no le pase nada al gato, pero quien sabe. Mi madre dijo que los de ese clan, apenas tienen escrúpulos.-Sonrió de lado hasta que por un momento pensó que su madre perteneció a ese clan...que cosas. Sentía la arena bajo sus pies, como se metían entre sus dedos haciéndole pequeñas cosquillas que se quedaban en simple caricias. Se soltó de Lukas pues podría estar molestándole y bueno a ella le molestaba que hubiera de nuevo aquel silencio incomodo de siempre. –Bueno… ¿Y a ti?-Pregunto con curiosidad y le miró fijamente a sus ojos claros.
-Debe de ser un día un poco largo ¿No crees? Pero…-Algo le interrumpió y giro su mirada hacia su derecha en dirección al mar. Frunció el ceño pues vio que había algo que se movía dentro del agua, produciendo ondas suaves a priori pasando a unas más grandes. Se quedó quieta curiosa por lo que era y de un salto, apareció un delfín del agua, brincando alegremente en el agua. Estaba lejos y ella estaba en la orilla con Lukas, pero no pudo resistirse en tirar la toalla a la cara de Lukas sin querer y tirarse al agua para acercarse al delfín. Estaba a dos pasos del delfín cuando este se le acerco a acariciarle el cuello con el hocico. Selene comenzó a acariciar el lomo del delfín y este pedía más mimos mientras Selene rompía a risas-jajaja, me haces cosquillas-Como si llegara a entenderle el delfín. Le encantaban los delfines, no podía evitarlo. Miro de reojo a Lukas mientras se sujetaba al delfín y desde donde estaba, le guiño un ojo a Lukas coquetamente. Se escondió detrás del delfín como si fuera un juego.
-¡¡Aaa…AaCHís!!-Selene estornudo de repente y el delfín la imito empapándola de un resoplido húmedo como haciendo que estornudaba-Eh…no me imites-Dijo cuándo el delfín reía moviendo las aletas hacia dentro.
Selene Silver- Status de sangre. : Mestizo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Siguió andando escuchando con atención cada palabra que la chica decía, no era costumbre suya ignorar lo que decían otras personas, sobre todo si él era la única compañía que la otra persona tenía, de hecho le resultaba más cómodo porque así toda la atención la tenía él, así como también solo le prestaba atención a quien se encontrara con él y no omitía a nadie sin ser grosero. Era una chica agradable a pesar de que era torpe, al principio simplemente había creído que era otra estúpida mocosa tímida, es que esas le aburrían porque nunca hablaban de nada de lo que pasaba por su cabeza, normalmente era él quien tenía que hablar y hablar y seguir hablando intentando que dicho señorita dijera algo, pero con Selene parecía que todo fluía con facilidad.
—Bueno debemos saber defendernos ya, no pronto, nunca se sabe cuando te toparás con alguien que intente asesinarte, o cuando definitivamente estallará una nueva guerra, que por lo que sé, se pondrá feo. —Dijo meditando acerca de lo que sabía y había escuchado hablar en las reuniones del círculo de fuego, entonces se preguntó si Selene se uniría a su grupo clandestino, si estaba dispuesta a romper las reglas por ir en contra de ese régimen educativo que a él detestaba.
Cuando estuvo a punto de caer… otra vez, la sostuvo con firmeza y le sonrió educadamente mientras seguía escuchándola.
—Humm, que quieras escapar un rato de tu madre no significa que no la quieras—objetó dándole la razón. —Me pasaba igual con la mía, aunque también debemos entender sus razones de porque nos protegen tanto, nunca vamos a dejar de ser sus niños expuestos en un mundo tan cruel y peligroso, pero debemos darles a entender que ya crecimos y sabemos valernos por nosotros mismos, aunque terminemos siendo crueles, lo entenderán algún día. Simplemente hay que enfrentarlos… te aseguro que no te va a dejar de querer tu madre o te dejará de hablar.
Recordó una de las muchas discusiones que había tenido con Alexia, constantemente peleaban pues ella todavía creía que era un niño; se sintió como un imbécil por haberla hecho derramar más lágrimas como si no hubiera derramado ya suficientes cuando sus hermanos se fueron, pero otra parte de él le decía que tenía que entender. Rió para si mismo, él y Alexia a veces resultaban tan parecidos que no le extrañaba que a su madre pensara que iba a la academia solo para romper un montón de reglas y sublevarse contra las autoridades, ella había hecho lo mismo antaño.
—Yo… he venido aquí a dar un paseo—titubeó, no estaba exactamente seguro de porqué había ido a dar allí, simplemente podría decir que sus pies le habían guiado hasta allí—a veces es bueno relajarse después de tantas tareas y clases.
Se percató de que la atención de la chica dejó de recaer en él y desvió su mirada siguiendo la de Selene encontrándose con algo muy raro de ver por ahí, según consideraba. De un momento a otro recibió un golpe en la cara con la toalla que segundos antes llevaba Selene, se la quitó de la cara algo molesto y cuando observó buscándola la encontró jugueteando con el animal. Bufó y se sentó sobre la arena observando la escena, preguntándose porque no había llevado consigo a Shyr, ya hubiera conseguido demasiadas fotos buenas…
—Bueno debemos saber defendernos ya, no pronto, nunca se sabe cuando te toparás con alguien que intente asesinarte, o cuando definitivamente estallará una nueva guerra, que por lo que sé, se pondrá feo. —Dijo meditando acerca de lo que sabía y había escuchado hablar en las reuniones del círculo de fuego, entonces se preguntó si Selene se uniría a su grupo clandestino, si estaba dispuesta a romper las reglas por ir en contra de ese régimen educativo que a él detestaba.
Cuando estuvo a punto de caer… otra vez, la sostuvo con firmeza y le sonrió educadamente mientras seguía escuchándola.
—Humm, que quieras escapar un rato de tu madre no significa que no la quieras—objetó dándole la razón. —Me pasaba igual con la mía, aunque también debemos entender sus razones de porque nos protegen tanto, nunca vamos a dejar de ser sus niños expuestos en un mundo tan cruel y peligroso, pero debemos darles a entender que ya crecimos y sabemos valernos por nosotros mismos, aunque terminemos siendo crueles, lo entenderán algún día. Simplemente hay que enfrentarlos… te aseguro que no te va a dejar de querer tu madre o te dejará de hablar.
Recordó una de las muchas discusiones que había tenido con Alexia, constantemente peleaban pues ella todavía creía que era un niño; se sintió como un imbécil por haberla hecho derramar más lágrimas como si no hubiera derramado ya suficientes cuando sus hermanos se fueron, pero otra parte de él le decía que tenía que entender. Rió para si mismo, él y Alexia a veces resultaban tan parecidos que no le extrañaba que a su madre pensara que iba a la academia solo para romper un montón de reglas y sublevarse contra las autoridades, ella había hecho lo mismo antaño.
—Yo… he venido aquí a dar un paseo—titubeó, no estaba exactamente seguro de porqué había ido a dar allí, simplemente podría decir que sus pies le habían guiado hasta allí—a veces es bueno relajarse después de tantas tareas y clases.
Se percató de que la atención de la chica dejó de recaer en él y desvió su mirada siguiendo la de Selene encontrándose con algo muy raro de ver por ahí, según consideraba. De un momento a otro recibió un golpe en la cara con la toalla que segundos antes llevaba Selene, se la quitó de la cara algo molesto y cuando observó buscándola la encontró jugueteando con el animal. Bufó y se sentó sobre la arena observando la escena, preguntándose porque no había llevado consigo a Shyr, ya hubiera conseguido demasiadas fotos buenas…
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Seguia jugando con el delfín cuando de repente este comenzo a soltarse de las caricias de Selene brutalmente y casi pegando con sus aletas a Selene por toda su piel. Selene intento cubrirse y huir como pudiera pero lo unico que consiguio fue que perdiera el flote y ahogarse dentro del agua mientras el delfín inconscientemente aleteaba haciendo aguadillas a Selene bajo el mar. Selene se zafo del delfín que de repente comenzo a darle un ataque de histeria, huyo nadando hacia la orilla deprisa hasta que pudo estar tocando tierra. Se arrodillo en la arena una vez estaba a salvo del delfín que comenzo a alejarse saltando y aleteando mar adentro. Se puso a cuatro patas, intentando conseguir una respiracion controlada pero los jadeos de haber corrido hacia la orilla sin ninguna dilatacion. De cuatro patas paso a tumbarse boca abajo. A nadie le dijo nada de su leve inconveniente.
Ni a su madre se lo dijo nisiquiera. Pagó al medico de la familia para que no le dijera nada a cambio de que se medicara en secreto. No tenia nada con que parar sus jadeos, su agitada respiracion tenia que calmarla de algun modo pero comenzaba a temblar, hasta que se dio la vuelta en la arena y se puso boca arriba. Miró hacia su izquierda con la vision borrosa, cerró los ojos y poco a poco iba calmandose.-¿Que le pasa a ese delfín?-Dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza y se incorporaba mientras se quitaba la arena del cuerpo. Estaba llena de arena, los problemas querian acabar con ella, pero claro, no podia hacer nada sin su varita y menos en el agua.
Ultimamente los animales se comportaban de una manera extraña, como si presintieran el acercamiento de algo extraño y peligroso con lo cual tendrian de tener cuidado por donde andaban. Miro a todos lados y cuando vio a Lukas se acerco rapidamente hasta él, arrodillandose a su lado y regalandole una sonrisa.-Menuda de la que me he librado...-Dijo antes de caer sentada a su lado, poder estirar las piernas y volverlas a flexionar rodeando sus brazos alrededor de estas. Miro a Lukas con una sonrisa-Creo que estas de acuerdo en que hay que enfrentarse a cualquier miedo...pero no a todos se pueden enfrentar...-hizo una pausa-Hay miedos en los cuales no tienes mas remedio de enfrentarte...por mucho que intentes escapar de ella..-se referia a la muerte.
Su miedo se cernia sobre la muerte y todo aquello que estuviera relacionado con ella. Miro a Lukas-Te acabo de conocer, pero me siento que puedo hablar contigo...nunca le he contado esto a nadie.-Hizo una pausa. Miro sus pies que tenia las uñas pintadas con laca de uñas transparente y purpurina, alzo la mirada y se quedo mirando a Lukas-En todas las guerras, se utiliza como un método de desatar con los dientes un nudo político que no se puede deshacer con la lengua, en cambio si se forma otra guerra, piensa como será la tercera guerra mundial... intuyo a que sólo se que la cuarta será con piedras y lanzas.-Dijo terminando en una risa tímida que se la tapo enseguida con la mano. No se porque se había reído, pero se sentía bién riéndose junto a Lukas.
-¿Que guerra te gustaria que hubiera?.-se limpia un poco la arena del cuerpo y se sacude la camiseta un poco.-Creo que en mi caso alguna cosa en la que pudieramos hacer algo diferente a nuestro favor...-Habria sonado como alguien maligno, pero no quiso que saliera asi de su boca, pero ¿quien no queria poner sus propias reglas y dominar el mundo? Hace mucho tiempo, alguien malvado quiso hacerse con el poder del mundo pero no lo consiguio. ¿Dominar el mundo? Sacudio la cabeza ahuyentando ese pensamiento de su cabeza y sonrio a Lukas-Bueno..es algo estupido lo que dije.-Sonrio e intento quitarse más arena del cuerpo.
Ni a su madre se lo dijo nisiquiera. Pagó al medico de la familia para que no le dijera nada a cambio de que se medicara en secreto. No tenia nada con que parar sus jadeos, su agitada respiracion tenia que calmarla de algun modo pero comenzaba a temblar, hasta que se dio la vuelta en la arena y se puso boca arriba. Miró hacia su izquierda con la vision borrosa, cerró los ojos y poco a poco iba calmandose.-¿Que le pasa a ese delfín?-Dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza y se incorporaba mientras se quitaba la arena del cuerpo. Estaba llena de arena, los problemas querian acabar con ella, pero claro, no podia hacer nada sin su varita y menos en el agua.
Ultimamente los animales se comportaban de una manera extraña, como si presintieran el acercamiento de algo extraño y peligroso con lo cual tendrian de tener cuidado por donde andaban. Miro a todos lados y cuando vio a Lukas se acerco rapidamente hasta él, arrodillandose a su lado y regalandole una sonrisa.-Menuda de la que me he librado...-Dijo antes de caer sentada a su lado, poder estirar las piernas y volverlas a flexionar rodeando sus brazos alrededor de estas. Miro a Lukas con una sonrisa-Creo que estas de acuerdo en que hay que enfrentarse a cualquier miedo...pero no a todos se pueden enfrentar...-hizo una pausa-Hay miedos en los cuales no tienes mas remedio de enfrentarte...por mucho que intentes escapar de ella..-se referia a la muerte.
Su miedo se cernia sobre la muerte y todo aquello que estuviera relacionado con ella. Miro a Lukas-Te acabo de conocer, pero me siento que puedo hablar contigo...nunca le he contado esto a nadie.-Hizo una pausa. Miro sus pies que tenia las uñas pintadas con laca de uñas transparente y purpurina, alzo la mirada y se quedo mirando a Lukas-En todas las guerras, se utiliza como un método de desatar con los dientes un nudo político que no se puede deshacer con la lengua, en cambio si se forma otra guerra, piensa como será la tercera guerra mundial... intuyo a que sólo se que la cuarta será con piedras y lanzas.-Dijo terminando en una risa tímida que se la tapo enseguida con la mano. No se porque se había reído, pero se sentía bién riéndose junto a Lukas.
-¿Que guerra te gustaria que hubiera?.-se limpia un poco la arena del cuerpo y se sacude la camiseta un poco.-Creo que en mi caso alguna cosa en la que pudieramos hacer algo diferente a nuestro favor...-Habria sonado como alguien maligno, pero no quiso que saliera asi de su boca, pero ¿quien no queria poner sus propias reglas y dominar el mundo? Hace mucho tiempo, alguien malvado quiso hacerse con el poder del mundo pero no lo consiguio. ¿Dominar el mundo? Sacudio la cabeza ahuyentando ese pensamiento de su cabeza y sonrio a Lukas-Bueno..es algo estupido lo que dije.-Sonrio e intento quitarse más arena del cuerpo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Se quedó observándola por un instante hasta que la escena dejó de ser interesante desvió su atención de la chica y el animal para observar otra parte del mar donde el espejo oscuro que devolvía el reflejo del cielo no se hallaba perturbado por el alboroto cernido mas cercano a él. Miró con anhelo la superficie marina, tan oscura y misteriosa como su propia alma, pero la diferencia estaba en que el mar era bello y su alma estaba simplemente corrompida por la criatura desagradable que moraba en su interior, ese monstruo que en sí… formaban un solo ser descontrolado.
Pensó en marcharse porque se había aburrido y se hacía tarde, se suponía que ya había pasado el toque de queda, y en el poco tiempo que llevaban en la academia, Lukas ya había sido castigado al menos tres veces, no lo expulsarían, por supuesto, él era sangre pura, su familia era muy reconocida en el mundo mágico y tanto sus capacidades como habilidades les convenían a los que su madre llama “el enemigo”.
Poco antes de que se pusiera de pie y emprendiera el camino hacia la cabaña de Sturu escuchó la voz de Selene nuevamente como si la tuviera a lado, no obstante estaba aún en la orilla, al parecer su juego con el delfín no había terminado nada bien, escuchó sus jadeos pero restó importancia al asunto, no es que no fuera un caballero, pero tampoco era la clase de chico que iba y se mostraba preocupado por alguien que apenas acababa de conocer, si el delfín casi la mata es su culpa, pensó, a nadie le gusta que le molesten, es natural que intente defenderse. Tampoco le gustaban las chicas que se victimizaban por cualquier estupidez de nula gravedad, así que fingió no haberse percatado y esperó que llegara hasta él y conocer mas de ella antes de juzgarla con anticipación.
La miró directamente a los ojos como si penetrara en su cabeza, volviendo nuevamente su atención a cada palabra pronunciada por esos labios rosados.
—Hay de miedos a miedos—dijo con tonos bajos, moderados y tranquilos—pero, nada que no se pueda vencer, la vida es una aventura en la cual te adentras para superar toda clase de obstáculos; la muerte, algo misterioso y desconocido, a lo que muchos temen es, sin embargo, un paraje que tarde o temprano tenemos que cruzar, por lo cual hay que estar preparados. Es… fascinante.
Inconscientemente los músculos de su mandíbula se contrajeron hacia atrás formando una sonrisa amplia, una sonrisa que no iba dirigida a su compañera, sino a algo que no se encontraba exactamente allí con ellos, quizás solamente en la mente del chico o en algo que únicamente el podía ver; sus ojos resplandecieron con un brillo singular, como si se hubiera enamorado de esa imagen desconocida, deleitado por un suceso que aún no sucedía.
—Palabras sabias de Ambrose Bierce. Las guerras son el resultado de una crisis política provocada por el deseo innato de poder que no se ha medido ni podido controlar; de la acumulación de tensiones entre los miembros que componen un estado se desborda una catástrofe llamado guerra. —Miró a Selene y esta vez le sonrió aunque había un aire condescendiente que le daban cierto aire importante a sus facciones angulosas. —Sí… Einstein no sabía que la tercera guerra mundial sería entre magos y que se llevarían entre ellos a los muggles; su inteligencia no asimiló la existencia de nuestro mundo así que se equivocó al decir “solo sé que la cuarta será con piedras y lanzas”. Ni siquiera el hombre más sabio de la tierra puede tener una idea significativa de lo que depara el futuro a este mundo.
Miró al cielo meditando la situación, había pasado la mayor parte de su vida escuchando sobre estrategias de guerra, formas de lucha, debates políticos, riñas entre su abuelo y su padre acerca de lo que cada uno creía bueno. Había leído libros hasta el cansancio y se había metido entre las reuniones de el llamado “Círculo de Fuego”, lo único que Lukas sabía era que nadie estaba seguro de lo que quería realmente, que nunca se ponían de acuerdo, que hablaban de mejorar la situación del mundo mágico, de los muggles, pero no tenían ni una mínima idea de si lo que hacían estaba bien o mal. El chico no estaba siquiera seguro de quienes eran los buenos o los malos en esa historia sin fin, compartía algunas ideas con la monarquía, mientras que había otras tantas con las que él y el grupo de Alexia estaban de acuerdo.
—Bueno, cada quien habla de lo que quiere como la solución, es válido, pero ¿Qué guerra me gustaría que hubiera? Es una pregunta inoportuna y un tanto… humm con todo respeto, estúpida. Quizás no quiero una guerra, razonamiento también estúpido porque de que la habrá es seguro; pero no quiero nada en especial, solamente un equilibrio de la naturaleza, he sido criado entre humanos, pero soy un elfo y creemos que mientras la naturaleza posea su equilibrio propio no importa quienes son los buenos o los malos, el equilibrio es lo que hace que las cosas sigan marchando sin desmoronarse. Obviamente cada quien luchará a su favor pero debes pensar bien que es lo que quieres y no dejarlo como un deseo volátil al aire, y pensar que si lo que quieres es lo correcto, también cuanto estarías dispuesta a dar por ello. Si hubiera una guerra pronto ¿Lucharías o esperarías a que alguien consiga lo que tú quieres?
Pensó en marcharse porque se había aburrido y se hacía tarde, se suponía que ya había pasado el toque de queda, y en el poco tiempo que llevaban en la academia, Lukas ya había sido castigado al menos tres veces, no lo expulsarían, por supuesto, él era sangre pura, su familia era muy reconocida en el mundo mágico y tanto sus capacidades como habilidades les convenían a los que su madre llama “el enemigo”.
Poco antes de que se pusiera de pie y emprendiera el camino hacia la cabaña de Sturu escuchó la voz de Selene nuevamente como si la tuviera a lado, no obstante estaba aún en la orilla, al parecer su juego con el delfín no había terminado nada bien, escuchó sus jadeos pero restó importancia al asunto, no es que no fuera un caballero, pero tampoco era la clase de chico que iba y se mostraba preocupado por alguien que apenas acababa de conocer, si el delfín casi la mata es su culpa, pensó, a nadie le gusta que le molesten, es natural que intente defenderse. Tampoco le gustaban las chicas que se victimizaban por cualquier estupidez de nula gravedad, así que fingió no haberse percatado y esperó que llegara hasta él y conocer mas de ella antes de juzgarla con anticipación.
La miró directamente a los ojos como si penetrara en su cabeza, volviendo nuevamente su atención a cada palabra pronunciada por esos labios rosados.
—Hay de miedos a miedos—dijo con tonos bajos, moderados y tranquilos—pero, nada que no se pueda vencer, la vida es una aventura en la cual te adentras para superar toda clase de obstáculos; la muerte, algo misterioso y desconocido, a lo que muchos temen es, sin embargo, un paraje que tarde o temprano tenemos que cruzar, por lo cual hay que estar preparados. Es… fascinante.
Inconscientemente los músculos de su mandíbula se contrajeron hacia atrás formando una sonrisa amplia, una sonrisa que no iba dirigida a su compañera, sino a algo que no se encontraba exactamente allí con ellos, quizás solamente en la mente del chico o en algo que únicamente el podía ver; sus ojos resplandecieron con un brillo singular, como si se hubiera enamorado de esa imagen desconocida, deleitado por un suceso que aún no sucedía.
—Palabras sabias de Ambrose Bierce. Las guerras son el resultado de una crisis política provocada por el deseo innato de poder que no se ha medido ni podido controlar; de la acumulación de tensiones entre los miembros que componen un estado se desborda una catástrofe llamado guerra. —Miró a Selene y esta vez le sonrió aunque había un aire condescendiente que le daban cierto aire importante a sus facciones angulosas. —Sí… Einstein no sabía que la tercera guerra mundial sería entre magos y que se llevarían entre ellos a los muggles; su inteligencia no asimiló la existencia de nuestro mundo así que se equivocó al decir “solo sé que la cuarta será con piedras y lanzas”. Ni siquiera el hombre más sabio de la tierra puede tener una idea significativa de lo que depara el futuro a este mundo.
Miró al cielo meditando la situación, había pasado la mayor parte de su vida escuchando sobre estrategias de guerra, formas de lucha, debates políticos, riñas entre su abuelo y su padre acerca de lo que cada uno creía bueno. Había leído libros hasta el cansancio y se había metido entre las reuniones de el llamado “Círculo de Fuego”, lo único que Lukas sabía era que nadie estaba seguro de lo que quería realmente, que nunca se ponían de acuerdo, que hablaban de mejorar la situación del mundo mágico, de los muggles, pero no tenían ni una mínima idea de si lo que hacían estaba bien o mal. El chico no estaba siquiera seguro de quienes eran los buenos o los malos en esa historia sin fin, compartía algunas ideas con la monarquía, mientras que había otras tantas con las que él y el grupo de Alexia estaban de acuerdo.
—Bueno, cada quien habla de lo que quiere como la solución, es válido, pero ¿Qué guerra me gustaría que hubiera? Es una pregunta inoportuna y un tanto… humm con todo respeto, estúpida. Quizás no quiero una guerra, razonamiento también estúpido porque de que la habrá es seguro; pero no quiero nada en especial, solamente un equilibrio de la naturaleza, he sido criado entre humanos, pero soy un elfo y creemos que mientras la naturaleza posea su equilibrio propio no importa quienes son los buenos o los malos, el equilibrio es lo que hace que las cosas sigan marchando sin desmoronarse. Obviamente cada quien luchará a su favor pero debes pensar bien que es lo que quieres y no dejarlo como un deseo volátil al aire, y pensar que si lo que quieres es lo correcto, también cuanto estarías dispuesta a dar por ello. Si hubiera una guerra pronto ¿Lucharías o esperarías a que alguien consiga lo que tú quieres?
Lukas Von Weillschmidt- Status de sangre. : Sangre Pura.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Mientras le escuchaba atenta, Selene iba peinándose de nuevo el pelo mientras miraba fijamente a los ojos de Lukas. Aquellos ojos azules la embriagaban tanto que podrían hacer sombra a las palabras que Lukas iba diciendo sobre las luchas, peleas. En cuanto escucho aquella pregunta no pudo evitar posar una mano sobre la mejilla de Lukas y regalarle una sonrisa y devolver la mano a su pelo-Yo tengo un dicho que es “Si quieres algo bien hecho, hazlo por ti mismo y deja las sobras para los demás”-Se retiró el pelo hacia atrás y miró a Lukas con una sonrisa pícara.
-Porque si no…si alguien hace por ti el trabajo sucio ¿Dónde está la gracia? ¿Dónde queda aquel gozo que te anima a seguir viviendo con la mirada hacia arriba y queriendo seguir adelante?-Sonrió y rodeo sus rodillas con los brazos para soltar un suspiro profundo el cual hizo relajarse y seguir manteniendo la misma sonrisa-Yo preferiría luchar y dar lo mejor de mi…-bajo la mirada a sus pies y siguió por el mismo camino su cabeza, apoyando el mentón en sus rodillas-Y unos resultados los tiene que obtener uno mismo, las semillas las tiene que hacer florecer, nadie más puede…-miro a Lukas apoyando su mejilla en su rodilla-Al menos eso en mi caso…puede parecer que a veces sea muy torpe y que algunos me llamen cabeza hueca y fea, según he oído por los pasillos de la escuela…pero peor para ellos-sonrió y se incorporó de pie lentamente, sacudió un poco su cuerpo para así remover un poco alejada de Lukas la arena que tenía sobre su cuerpo.
Cogió la toalla y la doblo correctamente para ponerla sobre su brazo.-¿Volvemos o prefieres que te aburra más?-Dijo con temor a la reacción de Lukas. No le conocía, bueno procuraría no juzgar mucho sin hablar más con él, pero por ahora le parecía alguien con quien conversar, aunque de siempre estuvo aquella “cosa” que le daba apuro, como si estuviera molestando o al menos se sentía así. Aunque, pensándolo mejor, pensó que si le hubiera estado aburriendo de verdad, se hubiera ido sin más. Se rasco la cabeza mientras estaba dándole vueltas a la cabeza y vio a Lukas mientras se mordía el labio inferior disimuladamente y tranquilizo el gesto.
No podía juzgar así, sin más. Mientras esperaba a que le respondiera, Selene sacó la varita para secarse por completo. Con varita en mano se dirigió hacia las palmeras que almacenaban el rico fruto del cual sacaban para los batidos de frutas. Alzo la varita y con varios rayos de chispa azul, hicieron caer varios frutos hasta las raíces de las palmeras. Se guardó la varita dentro de la toalla y cogió uno de los cocos. Eran bastante pequeños, así que decidió coger otro más para el camino de vuelta.
Se acercó hasta Lukas y le dio uno de los cocos para que tuviera algo para entretenerse. Se puso de nuevo de pie y observo mientras abría el coco con la ayuda de la varita de nuevo en sus manos. Observaba a Lukas detenidamente y un rubor en sus mejillas apareció de repente, como si algo en él hubiera llamado su atención aún más. Se acercó a Lukas un poco más y no pudo evitar besarle en el cuello, automáticamente, como si su cuerpo fuera controlado por algo o alguien que querría gastarles una broma pesada. Despertó de su trance con los ojos abiertos y se puso una mano en la boca en señal de sorpresa.
-Esto…lo siento…-fue separándose de Lukas lentamente, se tapó con las manos la cara para ocultar el rostro de la vergüenza-Perdón...yo….no, digo, que si tengo que dar yo un beso…-miraba de reojo a Lukas-a mí me costaría mucho uno dar uno…. ¿Sabes?-le miro a los ojos en cuanto le dijo aquella frase que decía “créeme, no lo hice para ofenderte” o eso quiso hacerle entender.-Creo…que no estamos solos-Dijo mirando de reojo a los matorrales entre la maleza y volviendo su mirada a su mano que agarraba con fuerza la varita. Podrían ser imaginaciones suyas, pero su intuición le advertía de lo contrario.
Miró a los ojos a Lukas y sonrió de lado.-Se hace tarde-dijo lentamente con una sonrisa afable en su rostro-Tendríamos que volver.
-Porque si no…si alguien hace por ti el trabajo sucio ¿Dónde está la gracia? ¿Dónde queda aquel gozo que te anima a seguir viviendo con la mirada hacia arriba y queriendo seguir adelante?-Sonrió y rodeo sus rodillas con los brazos para soltar un suspiro profundo el cual hizo relajarse y seguir manteniendo la misma sonrisa-Yo preferiría luchar y dar lo mejor de mi…-bajo la mirada a sus pies y siguió por el mismo camino su cabeza, apoyando el mentón en sus rodillas-Y unos resultados los tiene que obtener uno mismo, las semillas las tiene que hacer florecer, nadie más puede…-miro a Lukas apoyando su mejilla en su rodilla-Al menos eso en mi caso…puede parecer que a veces sea muy torpe y que algunos me llamen cabeza hueca y fea, según he oído por los pasillos de la escuela…pero peor para ellos-sonrió y se incorporó de pie lentamente, sacudió un poco su cuerpo para así remover un poco alejada de Lukas la arena que tenía sobre su cuerpo.
Cogió la toalla y la doblo correctamente para ponerla sobre su brazo.-¿Volvemos o prefieres que te aburra más?-Dijo con temor a la reacción de Lukas. No le conocía, bueno procuraría no juzgar mucho sin hablar más con él, pero por ahora le parecía alguien con quien conversar, aunque de siempre estuvo aquella “cosa” que le daba apuro, como si estuviera molestando o al menos se sentía así. Aunque, pensándolo mejor, pensó que si le hubiera estado aburriendo de verdad, se hubiera ido sin más. Se rasco la cabeza mientras estaba dándole vueltas a la cabeza y vio a Lukas mientras se mordía el labio inferior disimuladamente y tranquilizo el gesto.
No podía juzgar así, sin más. Mientras esperaba a que le respondiera, Selene sacó la varita para secarse por completo. Con varita en mano se dirigió hacia las palmeras que almacenaban el rico fruto del cual sacaban para los batidos de frutas. Alzo la varita y con varios rayos de chispa azul, hicieron caer varios frutos hasta las raíces de las palmeras. Se guardó la varita dentro de la toalla y cogió uno de los cocos. Eran bastante pequeños, así que decidió coger otro más para el camino de vuelta.
Se acercó hasta Lukas y le dio uno de los cocos para que tuviera algo para entretenerse. Se puso de nuevo de pie y observo mientras abría el coco con la ayuda de la varita de nuevo en sus manos. Observaba a Lukas detenidamente y un rubor en sus mejillas apareció de repente, como si algo en él hubiera llamado su atención aún más. Se acercó a Lukas un poco más y no pudo evitar besarle en el cuello, automáticamente, como si su cuerpo fuera controlado por algo o alguien que querría gastarles una broma pesada. Despertó de su trance con los ojos abiertos y se puso una mano en la boca en señal de sorpresa.
-Esto…lo siento…-fue separándose de Lukas lentamente, se tapó con las manos la cara para ocultar el rostro de la vergüenza-Perdón...yo….no, digo, que si tengo que dar yo un beso…-miraba de reojo a Lukas-a mí me costaría mucho uno dar uno…. ¿Sabes?-le miro a los ojos en cuanto le dijo aquella frase que decía “créeme, no lo hice para ofenderte” o eso quiso hacerle entender.-Creo…que no estamos solos-Dijo mirando de reojo a los matorrales entre la maleza y volviendo su mirada a su mano que agarraba con fuerza la varita. Podrían ser imaginaciones suyas, pero su intuición le advertía de lo contrario.
Miró a los ojos a Lukas y sonrió de lado.-Se hace tarde-dijo lentamente con una sonrisa afable en su rostro-Tendríamos que volver.
Selene Silver- Status de sangre. : Mestizo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Con cada palabra pronunciada por Selene los labios de Lukas iban formando una sonrisa llena de satisfacción, le gustaba lo que escuchaba de la chica, le gustaban las chicas que pensaban de esa manera, detestaba a aquellas que eran débiles sólo por ser señoritas, según él una mujer debía tener tanto cualidades como inteligencia, al igual que valor… sí, la que se hallaba a su lado sentada era bastante torpe pero tenía otras características que la hacían una mujer atractiva, tenía que admitirlo a su pesar. Podría ser que ella reuniera los requisitos sobre la gente que estaba buscando, todavía no había tenido mucha suerte en encontrarlos, pues en estos días era difícil confiar en las personas porque nunca sabías quien te traicionaría a cambio de un puesto de alto rango o por temor. Además estaba el interponiéndose que Selene era la hija de una de las profesora más estrictas de la academia… era un gran dilema que tenía que resolver rápido, antes de que la noche terminara.
De pronto parecía que ese momento acababa de llegar y Selene se mostró inquieta a su lado como si quisiera marchar ya, no obstante el momento se pospuso un poco más por alguna razón que solo cruzaba la cabeza de ella, podía percibir cada gesto de ella por mínimo que fuese, un rubor tierno de pronto en sus mejillas, el palpitar acelerado de su corazón, el más leve movimiento: estaba inquieta pero a la vez, había tomado una confianza agradable para un par de recién conocidos formalmente, pues se habían visto muchas veces en los pasillos, las clases… el comedor, sin embargo jamás habían cruzado muchas palabras, sus mundo eran muy aparte, y quizás por causa de un destino común, en esa noche clara se unían por casualidad.
Lukas Jugó distraídamente con el orbe que Selene le había dejado en las manos, no tenía intenciones de comer del fruto, lo pasó de una mano a otra en silencio, con las ideas dando vuelta en su cabeza, con una pregunta en la mente frenada en su boca, buscando la manera correcta de decir las cosas sin que sonara como algo descabellado o pensando que hacer en caso de que sus planes resultaran todo lo contrario a bien.
—Selene… —empezó a decir con voz suave y baja pero su frase se vio cortada
repentinamente por la cercanía de la chica.
No lo esperaba, ni siquiera lo pensó ni se había dado cuenta al estar absorto en sus propios pensamientos que el acto le tomó por sorpresa, se quedó quieto como una roca o un ser de sentimientos vacíos, ninguna reacción apareció en sus expresiones pese a que en su cabeza un torbellino de emociones giraba vertiginosamente. Respiró su perfume al estar ella mas cerca y el roce de sus labios le provocó un cosquilleo en el estómago, pero aquel momento de extraña impulsividad fue tan corto como pronunciar un hechizo.
—Si… debe ser muy difícil para ti dar el primer paso—su tenía un toque de sarcasmo, pero no podía decir simplemente “No importa, esas cosas suceden a menudo” Era de verdad extraño pues no le había dado ningún incentivo para que le besara. Se encogió de hombros y la miró directamente a los ojos sonriendo socarronamente. —Tienes razón, es tarde y prefiero evitarme otra persecución con los guardias.
Rió al recordar lo sucedido apenas unos días atrás; quizás se le hiciera costumbre terminar por las noches con Selenes rubias en una persecución y un duelo contra los guardias que custodiaban los alrededores de la academia.
La tomó del brazo y empezó a caminar con ella por la orilla de la playa en dirección al sendero más cercano.
—Te acompañaré hasta tu cabaña, sería poco cortés de mi parte dejar a una bella dama como tu marchar a su suerte por este lugar que aunque sea un colegio, es peligroso. —Dijo con amabilidad y la cortesía propia del caballero aristócrata que era ante el mundo de la sociedad mágica—Aún no se a que Tribu perteneces y no he sido dotado del don de leer la mente.
De pronto parecía que ese momento acababa de llegar y Selene se mostró inquieta a su lado como si quisiera marchar ya, no obstante el momento se pospuso un poco más por alguna razón que solo cruzaba la cabeza de ella, podía percibir cada gesto de ella por mínimo que fuese, un rubor tierno de pronto en sus mejillas, el palpitar acelerado de su corazón, el más leve movimiento: estaba inquieta pero a la vez, había tomado una confianza agradable para un par de recién conocidos formalmente, pues se habían visto muchas veces en los pasillos, las clases… el comedor, sin embargo jamás habían cruzado muchas palabras, sus mundo eran muy aparte, y quizás por causa de un destino común, en esa noche clara se unían por casualidad.
Lukas Jugó distraídamente con el orbe que Selene le había dejado en las manos, no tenía intenciones de comer del fruto, lo pasó de una mano a otra en silencio, con las ideas dando vuelta en su cabeza, con una pregunta en la mente frenada en su boca, buscando la manera correcta de decir las cosas sin que sonara como algo descabellado o pensando que hacer en caso de que sus planes resultaran todo lo contrario a bien.
—Selene… —empezó a decir con voz suave y baja pero su frase se vio cortada
repentinamente por la cercanía de la chica.
No lo esperaba, ni siquiera lo pensó ni se había dado cuenta al estar absorto en sus propios pensamientos que el acto le tomó por sorpresa, se quedó quieto como una roca o un ser de sentimientos vacíos, ninguna reacción apareció en sus expresiones pese a que en su cabeza un torbellino de emociones giraba vertiginosamente. Respiró su perfume al estar ella mas cerca y el roce de sus labios le provocó un cosquilleo en el estómago, pero aquel momento de extraña impulsividad fue tan corto como pronunciar un hechizo.
—Si… debe ser muy difícil para ti dar el primer paso—su tenía un toque de sarcasmo, pero no podía decir simplemente “No importa, esas cosas suceden a menudo” Era de verdad extraño pues no le había dado ningún incentivo para que le besara. Se encogió de hombros y la miró directamente a los ojos sonriendo socarronamente. —Tienes razón, es tarde y prefiero evitarme otra persecución con los guardias.
Rió al recordar lo sucedido apenas unos días atrás; quizás se le hiciera costumbre terminar por las noches con Selenes rubias en una persecución y un duelo contra los guardias que custodiaban los alrededores de la academia.
La tomó del brazo y empezó a caminar con ella por la orilla de la playa en dirección al sendero más cercano.
—Te acompañaré hasta tu cabaña, sería poco cortés de mi parte dejar a una bella dama como tu marchar a su suerte por este lugar que aunque sea un colegio, es peligroso. —Dijo con amabilidad y la cortesía propia del caballero aristócrata que era ante el mundo de la sociedad mágica—Aún no se a que Tribu perteneces y no he sido dotado del don de leer la mente.
Lukas Von Weillschmidt- Status de sangre. : Sangre Pura.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Era verdad que no le había dicho nada sobre cuál era su cabaña ni nada por el estilo, pero Lukas, el chico que le acompañaba para recorrer todo el camino de vuelta, le iba a decir algo en cuanto había ido por los cocos, pero en ese momento su cuerpo se encontraba inquieta, no supo que había pasado, pero al principio le gustaba estar junto a él y ahora se sentía aún más cohibida y con cierto rumor en las mejillas. No pudo evitar sonreírle en cuanto dijo lo de que sería peligroso dejarla sola en el bosque. Ni que fuera un hada en extinción.
-Lukas…para que un troll o algo amenazante me ataque, tendría que pasar por encima de mi…-alza la varita-..de mi varita, así que no veo ningún problema.-Dijo aunque la verdad, aquellas palabras le sonaron un poco bajo de convicción aunque nunca era mala idea ir acompañada de alguien más experta,. Aunque fuera solamente un año más, pues Lukas le parecía de otro año.
-Pertenezco a la tribu Kuang…pero-recordó que dijo su nombre hace un buen rato-¿Qué me ibas a decir antes…-baja la mirada un poco sonrojada y se mete un mechón de pelo detrás de la oreja-de que te…bueno…antes de que te diera ese beso...-le estaba costando hablar del amor y siempre le costara.
La timidez en una persona era increíble y siempre estaba presente en los casos más oportunos, porque la verdad, sea lo que fuera lo que le haya echo dar ese “primer paso” no había venido de ella voluntariamente aunque tenía que decir que Lukas tenía su encanto, su dote de señorito de clase alta y bueno, tal y como la estaba acompañando se veía a varias leguas de distancia. Le miraba atentamente a los ojos esperando una respuesta de Lukas mientras caminaban bajo las estrellas. Le vio sonreír y entonces miró hacia el frente y en cuanto creía que todo estaba tranquilo, vio una extraña arenisca levantarse enfrente de ellos dejando a la vista la visión de varios lobos en manada corriendo a contracorriente, dirigiéndose hacia ellos.
Selene instintivamente sacó la varita y se puso en guardia, varita en mano, esperando a lo que tuviera que enfrentarse esa noche. Pero… ¿acaso los lobos los habían evitado y habían seguido su camino? Pueden que estuvieran huyendo de algo, no lo sabía. Sea lo que fuera, se agarró más del brazo de Lukas-¿decías?
-Lukas…para que un troll o algo amenazante me ataque, tendría que pasar por encima de mi…-alza la varita-..de mi varita, así que no veo ningún problema.-Dijo aunque la verdad, aquellas palabras le sonaron un poco bajo de convicción aunque nunca era mala idea ir acompañada de alguien más experta,. Aunque fuera solamente un año más, pues Lukas le parecía de otro año.
-Pertenezco a la tribu Kuang…pero-recordó que dijo su nombre hace un buen rato-¿Qué me ibas a decir antes…-baja la mirada un poco sonrojada y se mete un mechón de pelo detrás de la oreja-de que te…bueno…antes de que te diera ese beso...-le estaba costando hablar del amor y siempre le costara.
La timidez en una persona era increíble y siempre estaba presente en los casos más oportunos, porque la verdad, sea lo que fuera lo que le haya echo dar ese “primer paso” no había venido de ella voluntariamente aunque tenía que decir que Lukas tenía su encanto, su dote de señorito de clase alta y bueno, tal y como la estaba acompañando se veía a varias leguas de distancia. Le miraba atentamente a los ojos esperando una respuesta de Lukas mientras caminaban bajo las estrellas. Le vio sonreír y entonces miró hacia el frente y en cuanto creía que todo estaba tranquilo, vio una extraña arenisca levantarse enfrente de ellos dejando a la vista la visión de varios lobos en manada corriendo a contracorriente, dirigiéndose hacia ellos.
Selene instintivamente sacó la varita y se puso en guardia, varita en mano, esperando a lo que tuviera que enfrentarse esa noche. Pero… ¿acaso los lobos los habían evitado y habían seguido su camino? Pueden que estuvieran huyendo de algo, no lo sabía. Sea lo que fuera, se agarró más del brazo de Lukas-¿decías?
Selene Silver- Status de sangre. : Mestizo.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
Lukas se quedó apartado cuando los animales pasaron casi por su lado, sonrió divertido al ver la expresión en la chica y como ellos no habían reparado siquiera en ellos; su sonrisa se borró inmediatamente quedando sólo un rastro tranquilo y amable.
—Pronto será luna llena—dijo meditabundo más para sí que para su acompañante, no pudo evitar pensar en su mejor amigo y sus pequeños percances con la luna llena—Animales como esos sólo atacan cuando se sienten amenazados… Y aunque seas tan valiente como para enfrentarte a un troll o algo amenazante… te recomiendo no salir en luna llena, escuché que hay hombres lobo por aquí, son bastante volubles.
Soltó una risa corta pensando nuevamente en Artemis, vaya que era voluble durante la luna llena, era como una chica en sus días y a él le gustaba mucho molestarlo con ese asunto, pero aunque se consideraba peligroso andar con un hombre lobo a él le resultaba bastante entretenido salir con su amigo en esos momentos a pesar de las advertencias de Caleb, además alguien tenía que hacer algo por si algún humano se cruzaba delante de las garras del lupino.
Siguió mirando el camino donde la manada se había marchado y se extrañó de que hubiera esa clase de animales en la isla, eso si era algo poco común, pero lo dejó pasar en cuanto Selene se acercó de nuevo a él tomándolo por el brazo.
—Oh, claro—volvió al primer asunto sin saber por donde empezar. —Noto que eres valiente… —resultaba más sencillo pedirle a una chica salir que hacer eso—Y eres de Kuang, nunca he conocido a un Kuang que haya pecado de cobarde; el punto, Selene, es que estoy bastante cansado de lo que está sucediendo aquí y nos prepares para unirnos a la monarquía en un futuro como buenos parlamentarios; pero tu y yo sabemos que una guerra estallará pronto y creo que deberíamos estar preparados para lo que se avecina, no somos niños, en realidad muy pocas veces lo fuimos, este régimen autoritario nos ha robado muchas cosas y como has dicho antes, si queremos algo debemos conseguirlo por nuestros propios medios.
Se paró y se puso frente a ella mirándola directamente a los ojos, su cara reflejaba seriedad, denotando que no era un juego y no era una tontería lo que había estado planeando durante casi todas las vacaciones.
—Estoy formando un grupo—bajó la voz de manera que ella sólo pudiera escucharla—con personas que estoy seguro son de confianza, sé que tu lo eres. Y… quizás estamos rompiendo todas las reglas de la academia, pero ¿Qué es más importante? —Tomó ambas manos de la chica entre las suyas. —Te estoy invitando a que te unas.
—Pronto será luna llena—dijo meditabundo más para sí que para su acompañante, no pudo evitar pensar en su mejor amigo y sus pequeños percances con la luna llena—Animales como esos sólo atacan cuando se sienten amenazados… Y aunque seas tan valiente como para enfrentarte a un troll o algo amenazante… te recomiendo no salir en luna llena, escuché que hay hombres lobo por aquí, son bastante volubles.
Soltó una risa corta pensando nuevamente en Artemis, vaya que era voluble durante la luna llena, era como una chica en sus días y a él le gustaba mucho molestarlo con ese asunto, pero aunque se consideraba peligroso andar con un hombre lobo a él le resultaba bastante entretenido salir con su amigo en esos momentos a pesar de las advertencias de Caleb, además alguien tenía que hacer algo por si algún humano se cruzaba delante de las garras del lupino.
Siguió mirando el camino donde la manada se había marchado y se extrañó de que hubiera esa clase de animales en la isla, eso si era algo poco común, pero lo dejó pasar en cuanto Selene se acercó de nuevo a él tomándolo por el brazo.
—Oh, claro—volvió al primer asunto sin saber por donde empezar. —Noto que eres valiente… —resultaba más sencillo pedirle a una chica salir que hacer eso—Y eres de Kuang, nunca he conocido a un Kuang que haya pecado de cobarde; el punto, Selene, es que estoy bastante cansado de lo que está sucediendo aquí y nos prepares para unirnos a la monarquía en un futuro como buenos parlamentarios; pero tu y yo sabemos que una guerra estallará pronto y creo que deberíamos estar preparados para lo que se avecina, no somos niños, en realidad muy pocas veces lo fuimos, este régimen autoritario nos ha robado muchas cosas y como has dicho antes, si queremos algo debemos conseguirlo por nuestros propios medios.
Se paró y se puso frente a ella mirándola directamente a los ojos, su cara reflejaba seriedad, denotando que no era un juego y no era una tontería lo que había estado planeando durante casi todas las vacaciones.
—Estoy formando un grupo—bajó la voz de manera que ella sólo pudiera escucharla—con personas que estoy seguro son de confianza, sé que tu lo eres. Y… quizás estamos rompiendo todas las reglas de la academia, pero ¿Qué es más importante? —Tomó ambas manos de la chica entre las suyas. —Te estoy invitando a que te unas.
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Re: ¿Una sirena? No, soy Selene Silver, encantada.
¿Acaso no especificaba o le resultaba tan difícil? ¿Unirse a qué? Selene le daba vueltas a la cabeza, pero no conseguía entender a qué se refería. Nada. No conseguía llegar al punto al cual se refería Lukas.
-Lukas…- Con una sonrisa afable fue acariciándole la mejilla lentamente, se acercó a él, rozando su cuerpo contra el de él, se acercó a su oído -Chico…no sé a qué te refieres…- soltó una risita tonta y le beso en la mejilla a modo de consolación. Le dio un abrazo y se separó de él lentamente, dejando la calidez puesta hace un momento que se fuera poco a poco. Tuvo las ganas de besarlo en aquellos labios que el poseía, pero sería algo que no sería acorde con su comportamiento rutinario. Comenzó a caminar por el camino ya a salvo de malas intenciones por terceras personas, bajo la luz de la luna y segura bajo el poder de su varita.
Se paró un momento a ver a Lukas que parecía observarla fijamente. Se acercó a él de nuevo y le miro a los ojos detenidamente mientras esbozaba una bella sonrisa. -Hey…mientras nos tengamos los unos a los otros nada malo pasara…pero ¿A qué te referías con que me uniera? Bueno, la verdad no sé a qué te refieres…- Dijo manteniendo un humor afable y amistoso. Se acercó a él y se agarró del brazo de nuevo y se agacho de repente al ver una chispa roja chocar contra la corteza de un árbol.
Agarro su varita fuertemente y mientras estaba agachada, miro a todos lados y vio unas siluetas oscuras que estaban a lo lejos que al parecer podrían ser los causantes del chispazo escarlata. Otra chispa roja fue lanzada contra ella y Lukas, miro a su derecha y vio a Lukas cerca de un lado del camino. Le siguió enseguida, se cobijó entre sus brazos y con la varita en guardia lanzó un contraataque contra los agresores que al parecer cuando salieron a la luz, iban vestidos por completo de negro. Estaban lejos pero se acercaban lentamente con aire victorioso. - ¡DESMAYUS!- Gritó altiva y segura de sí misma hacia los que se acercaban poco a poco. Acertó a uno y el otro fue en ayuda del otro.
Ahora era un buen momento para escapar y llegar sanos y salvo a las habitaciones.
-Lukas…- Con una sonrisa afable fue acariciándole la mejilla lentamente, se acercó a él, rozando su cuerpo contra el de él, se acercó a su oído -Chico…no sé a qué te refieres…- soltó una risita tonta y le beso en la mejilla a modo de consolación. Le dio un abrazo y se separó de él lentamente, dejando la calidez puesta hace un momento que se fuera poco a poco. Tuvo las ganas de besarlo en aquellos labios que el poseía, pero sería algo que no sería acorde con su comportamiento rutinario. Comenzó a caminar por el camino ya a salvo de malas intenciones por terceras personas, bajo la luz de la luna y segura bajo el poder de su varita.
Se paró un momento a ver a Lukas que parecía observarla fijamente. Se acercó a él de nuevo y le miro a los ojos detenidamente mientras esbozaba una bella sonrisa. -Hey…mientras nos tengamos los unos a los otros nada malo pasara…pero ¿A qué te referías con que me uniera? Bueno, la verdad no sé a qué te refieres…- Dijo manteniendo un humor afable y amistoso. Se acercó a él y se agarró del brazo de nuevo y se agacho de repente al ver una chispa roja chocar contra la corteza de un árbol.
Agarro su varita fuertemente y mientras estaba agachada, miro a todos lados y vio unas siluetas oscuras que estaban a lo lejos que al parecer podrían ser los causantes del chispazo escarlata. Otra chispa roja fue lanzada contra ella y Lukas, miro a su derecha y vio a Lukas cerca de un lado del camino. Le siguió enseguida, se cobijó entre sus brazos y con la varita en guardia lanzó un contraataque contra los agresores que al parecer cuando salieron a la luz, iban vestidos por completo de negro. Estaban lejos pero se acercaban lentamente con aire victorioso. - ¡DESMAYUS!- Gritó altiva y segura de sí misma hacia los que se acercaban poco a poco. Acertó a uno y el otro fue en ayuda del otro.
Ahora era un buen momento para escapar y llegar sanos y salvo a las habitaciones.
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