Peligrosa compañia (luk y selene)

Me encontraba tratando de arreglar la casa parecía que habia pasado un huracan por la sala, pero no no habia sido un desastre natural..habian sido mis dos pequeños demonios, artemis de ocho y selene de seis. Hoy vendría alexa a dejar a lukas con nosotros unos dias mientras ella y la lechuza se encontraban fuera por un tiempo, sabia que no tenia que preocuparme tanto del desastre porque alexa tenia tres hijos de las mismas edades que los mios, asi que no se sorprendería quisas y habia visto peores desastres en su casa.

Artemis estaba en sus clases de musica, al parecer era lo unico que lo mantenia entretenido un buen rato, asi que solo estabamos mi princesa y yo, mis niños y los de alexa se haian convivido desde siempre, pero no por tanto tiempo por que por lo menos selene y lukas hace poco que habian dejado de ser unos bebes.

Ya casi terminaba de recojer toda la ropa tirada de artemis de la sala, tenia una maña de querer andar desnudo por la casa todo el dia, me interrumpio un ruido alguien tocaba ala puerta.

Estuve nerviosa todo el camino, nunca había dejado tanto tiempo solo a Lukas con otras personas, confiaba en Caleb, él se las había apañado solo con sus dos hijos todo el tiempo, ciertamente admiraba su coraje; pero no era él el problema claro y confiaba en que Luk se portaría bien pero no estaba segura de que se sintiera cómodo, no había dicho nada desde que salimos de casa, iba sentado en silencio en la parte trasera del auto leyendo un libro, me preguntaba que pasaba por la cabeza de mi hijo ahora, lo conocía y estaba segura de que no quería estar con ellos pero tampoco hacía berrinches, respetaba nuestras decisiones y entendí porque teníamos que partir. Ludwig se había mostrado en contra, pero no le quedó otra opción que aceptar, con su familia nunca dejaría a nuestro hijo y tampoco viajaríamos hasta Irán para dejarlo con su abuela.

Llegamos al fin y cuando el auto se detuvo Lukas despegó la mirada de su libro.

—Despídete de papi—le dije mientras bajaba su baúl.

—Adiós, padre. —mustió bajando del coche.

—Pórtate bien y si intentan morderte haz eso que te enseñé.

Miré a Ludwig alarmada ¿Qué le había estado enseñando a mi hijo? Mi esposo intercambió una sonrisa cómplice con Lukas mientras lo fulminaba con la mirada.
Crucé el jardín delantero de la casa hasta llegar a la puerta y llamé un par de veces esperando que alguien abriera.

-en un segundo voy!grite mientras terminaba rapidamente, la varita la habia dejado en mi recaramara entonces ni para poder usar magia. Trate de esconder algunas cosas por debajo de la alfombra .

-luna ya llegaron las visitas baja porfavor!- esperaba que fuera alexa, me aproxime ala puerta , gire la manija para abrir

-ya los esperabamos-me diriji a ellos con una sonrisa, por un momento senti una pequña brisa..me percate que no traia camisa puesta solo los vaqueros ..

Sonreí al ver a mi amigo, siempre era bueno ver a “la familia”. Entré con Lukas detrás, observaba escéptico con aire analítico, quizás a él no le gustara mucho, estaba acostumbrado a los espacios grandes, sin embargo para mí la casa era de verdad acogedora, me recordaba a la casa donde había pasado la mayor parte de mi infancia: la casa de Andrés.

—Hola—Saludé dándole un beso en la mejilla—de verdad te agradezco que cuides de él, sabes que no te lo habría pedido de haber tenido otra opción… no quiero causarte molestias. He puesto todo lo necesario en su baúl.

Miré dudosa a Lukas, todavía estábamos a tiempo de irnos… pero ¿Qué haría entonces? Me acerqué a Caleb aprovechando que él se había distraído observando las fotografías de la sala.

—No dará problemas, lo prometo… solo procura que no se enoje. —susurré aquello último y sentí como mis mejillas ardían.

- no te preocupes, no es ninguna molestia, sabes que esta es su casa y siempre contaras conmigo en lo que sea, tu di sapo y yo brinco-sonrei al guiñar un ojo. Observe a ludwing, algo me decia que no estaba del todo encantado con la idea de dejar a su retoño con el lobo.

-no te apures, creeme los mios si dan problemas sobre todo artemis, pero el llegara tarde hoy, selene no es conflictiva asi que no creeo que lo haga enojar, ustedes vayan a sus asuntos sin procuparsee, cualquier cosa yo me comunicare conmtigo inmediatamente, vale?-

—Gracias de verdad—sonreí, sabía de sobra que podía confiar en Caleb.

Agaché la mirada para encontrar a mi hijo todavía concentrado en las fotografías de la sala como si criticara en silencio.

—Lukas—llamé su atención y se volvió hacia mí; me agaché para quedar a su altura. —Es hora de irme, pórtate bien con tu tío y tus primos, no hagas travesuras, nada de magia…

—Mamá… estaré bien, no haré nada, ya te dije que lo de Shamur fue un accidente… —dijo un tanto hastiado.

Lo abracé fuertemente, no quería pensar que esa sería la última vez que podría ver a mi hijo, me había vuelto un poco paranoica desde que Gabriel se había llevado a Darya a Alec, Lukas era lo único que me daba fuerzas para no flaquear, en estos tiempos todo era posible, y muchos sabían de sobra que éramos opositores a la monarquía.

—Te quiero mi pequeño gatito, cuídate mucho. —le di un beso en la mejilla y me aparté de él cuando lo escuché mascullar de una forma que sólo yo pudiera escuchar “yo también te quiero”. —Bien, me voy, trataré de que nos demoremos lo menos posible. Saluda a los niños de mi parte.

-si no te preocupes, les dare tus saludos, arreglen sus asuntos sin prisa, me encargare que lukas se sienta comodo y la pase bien-dije con una gran sonrisa, la despedi con un fuerte abraso y beso en la mejilla, lade una mano en señal de despedida referiendome a ludwin, aun seguia sin caerme del todo bien..pero era esposa de alexia.

-lukas adelante estas en tu casa, veras que sera entretenido-le diriji una amable sonrisa mientras cojia su baúl -artemis aun no llega pero esta selene, veras que se divertiran-

Mamá se marchó y yo no había podido decirle que no me quería quedar con estas personas, él señor Montesco me daba miedo con toda su amabilidad, a sus hijos no los conocía bien salvo por algunas veces que iban a casa pero no hablaba mucho con ellos, Artemis me parecía un chico vulgar e infantil, la niña, Luna, era una histérica caprichosa; pero Alexia y Ludwig tenían cosas importantes que hacer, razón por la cual debía acatar sus órdenes y obedecer.

Una vez la puerta se cerró volví a echar un vistazo alrededor y me pareció cada vez mas pequeña su sala, me pregunté si este lugar sería lo suficientemente grande para contar con un buen lugar donde esconderme si necesitaba tranquilidad.

—Gracias, señor Montesco—dije mirando a aquel hombre… papá decía que podía morderme, pero su apariencia no era la de un lobo feroz, era más parecido a un golden retriever—Tomaré asiento si no le molesta.

Crucé la pequeña salita y me senté en uno de los sofás, me quité la mochila y saqué el libro que había estado leyendo todo el camino, todavía no entendía muy bien este idioma pero si practicaba estaba seguro de que pronto lo dominaría como el inglés o el alemán.

Al llamado de mi papá sali de mi habitacion dando al descanso me asome entre los barandales de las escaleras, observe a lukas pasando por nuestra sala, lo habia visto muchas veces pero casi no hablabamos, me parecia un niño muy raro.

Baje escalon por escalon cuidadosamente , traia puesto un vestido blanco con un liston rosa, en cuanto bajaba cada escalon el vestido se meneaba graciosamente.

Llegue ala sala colocandome en un rincon observando conmirada curiosa a nuestro huesped.

-no hay problema, siente como en tu casa-le conteste al niño,veia mucho de ludwing en el, en su forma de moverese y hablar, solo esperaba que supiera manejar mejor su parte elfica mucho mejor que la lechuza.

-bueno niños estare en el estuido tengo que revisar mucho papaleo del parlamentario , tambien seguir investigando unas pociones -pase aun lado de selene acariciandole cariñosamente la cabeza --cualquier cosa me avisan porfavor, estare saliendo de ves en cuando para ver como estan-me despedi al meterme al estudio.

—De acuerdo—dije sin levantar la mirada del libro.

Pasó tiempo antes de que me sintiera ligeramente incómodo, me sentía observado desde algún lugar, entonces acordé haber escuchado pasos venir del piso de arriba y recordé claramente que el señor Montesco había dicho “niños”. Cerré cuidadosamente el libro poniendo la marca que dividía la página donde me había quedado y levanté la mirada con afán de encontrar algo; allí estaba Luna, la rubia loca observándome como si fuera un espécimen extraño de animal. Fruncí ligeramente el entrecejo.

— ¿Sí? —pregunté incómodo por su mirada— ¿Necesitas algo?

Ahora papá me dejaba sola con el niño de alexa, realmente no sabia como hablrle, sentia que me iba a morder o a contetsar feo si trataba de ser amigable con el, me intimidaba en cierto modo.

Lo que mas mellamaba la atencion eran sus orejas puntiagudas , no habia conocido humanos con las orejas como el, sus padres tambien tenian orejas asi , no entendia mucho al respecto sobre eso.

-tus orejas son diferentes alas mias o alas de otros magos-dije asercandome poco a poco a el -son..lindas..-mi tono de voz era algo precabido y timido - son peculiares..me gustan!-mi tono de voz cambio a algo mas entusiasmado.

La miré con recelo cuando habló de mis orejas, ya sabía que era diferente a otros magos o brujas, o a cualquier otro niño que conociera, era diferente incluso entre mis hermanos, no me gustaban, tampoco me gustaba que fuera lo primero que la gente viera cuando me miraba. La última vez que Alec se había burlado de mí sólo por molestar, había terminado en San Mungo y mamá había tenido problemas con Gabriel Baroni. Pero prometí que me portaría bien, y no estaba en casa… debía respetar el hogar de estas personas como una forma de agradecimiento a su amabilidad… eso decía mamá.

—Es porque soy un elfo—le respondí con seriedad, a la defensiva.

Saqué de mi mochila una gorra de lana y me la puse tapándome hasta la mitad de las orejas para que no se vieran las puntas.

Elfo..tenia que buscar informacion detallada sobre eso. Al cubrirse sus orejas con ese gorro, hice un pequeño puchero inflanco mis mejillas, yo queria seguir viendolas -a mi me gustan..-murmure entre dientes,

Recargue mis brasos en el lado derecho del sillon donde estaba sentado lukas
-tus ojos son tan azules , como los mios, tenemos un color en comun!- ya estaba hablando mucho ,algo raro en mi con una persona no de tan confianza, pero el era facinante, queria saber mas -cuantos años tienes?- pregunte aun mas curiosa

—Ah… —bufé sin darle mucha importancia a sus comentarios.

Era obvio que ya no podría seguir leyendo con ella ahí haciendo toda clase de preguntas, queriendo entablar una conversación. Dejé el libro a un lado y la miré como si me interesara de verdad lo que podríamos hablar ella y yo.

—La misma edad que tú—respondí, yo estaba al tanto de muchas cosas—seis años. Nos hacen pasar como si fuéramos primos, pero no lo somos, no somos familia, nuestros padres fueron juntos a la academia, Greenwitch. Se supone que también iremos cuando tengamos once años.

Miré penetrantemente a la niña, como si quisiera ver dentro de sus pensamientos… cosa que no podía hacer, pero al menos podía leer sus reacciones, sus miradas y su lenguaje corporal, era una niña muy curiosa, en todos los aspectos… me gustaba más ella que el burdo de su hermano, tenía que admitir.

.-bueno..creeo que aunque no seamos de "verdad" somos familia, mi papa quiere mucho a tu mami, andres tambien como hermanos, mas que sus familas de sangre- dije pensativa con mi dedo indice sobre mis labios, habia escuchado varias palticas sobre eso, no entendia mucho a que se referian , pero yo lo veia de esa forma.

Note el libro que tenia en sus manos unos momentos atras, eran pocos los niños de mi edad que gustaban de leer -a mi tambien me gusta leer, lecturas que no son para niños de nuestar edad-comente un poco seria , lleve mi mano a costado de mi boca como si fuera a contar un gran secreto -pero lo hago a escondidas de papá, el cree que me esta enseñando a leer, pero aprendi sola hace tiempo-dije quedito.

Sonreí, era interesante saber que había un cerebro debajo de esa actitud infantil, y que podía entablar una conversación decente con alguien en esta casa, quizás no me aburriera tanto como había pensado… aunque claro, leer no era lo único que me gustaba hacer.

—Mamá también me enseñó a leer hace mucho y creo que no le ha importado que tomé los libros de la biblioteca, sólo me ha prohibido leer algunos… una vez intenté leer uno y papá se enojó… —recordé como me había reprendido por desobedecer, desde entonces no volví a hacerlo.
—ahora estoy leyendo este, es más una distracción, sobre leyendas.

Tomé el libro y se lo pasé, aunque estaba en idioma élfico, tenía bonitas ilustraciones que podía ver.

—Madre me lo trajo de uno de sus viajes.

-mi papá solo me compra libros para niños que estan aprendiendo a leer, me entretienen un poco, no le digo que leeo mas que eso, porque disfruto que trate de enseñarme-sonrei complaciente , adoraba que papá tratara de ensañarme cosas, era muy lindo , ya que su fuerte no es la literatura.

Sostube el libro entre mis manos, abri la cubierta, al ojera la primera pagina, note que no estaba ni en ingles, español que eran los idiomas que sabia, o italiano que estaba aprendiendo, eran como pequeños garabatos, aunque con imagenes muy entendibles, podia darme una idea de lo que trataba con solo ver las imagenes.

-en que idioma esta?-pregunte muy curiosa al respecto

—élfico—respondí —todavía no lo domino bien, estoy aprendiendo, es más complicado leerlo que hablarlo… por eso es más fácil hacer los hechizos… sé algunos, aunque no me deja hacer magia fuera de casa.

Chasqueé la lengua, no entendía porque a mamá no le gustaba que hiciera magia, la magia era genial, éramos magos, nuestra vida giraba en torno a la magia, no me gustaba la idea de ocultarme, aunque según escuchaba los muggles estaban cada vez más al tanto de nuestra existencia. Me preguntaba porque no alguien tomaba su varita y los aniquilaba a todos librándonos de ese problema del secreto.

—Humm… ¿Qué haces para divertirte? Además de leer.

Miré alrededor.

-suena interesante ese idioma-respondi entusiasmada, me gustaba aprender cosas nuevas, y sin duda idioma elfico estaria en mi lista de cosas por aprender -si..lo se, es un poco molesto, somos magos pero no nos dejan usar magia cuando queremos-solte un suspiro , me gustaba hacer magia , pero no me dejaban .

-pues cuando no leeo, me pongo a jugar con mis muñecas, saltar la cuerda o ala hora del te -dije enumerando cada con mis dedos -quieres jugar algo?-

Le miré como si me preguntara si ella estaba hablando en serio. ¿Pretendía que me pusiera un vestido y jugara con sus muñecas? ¿O que saltara la cuerda como una marioneta sin sentido?

—No voy a jugar a las muñecas—respondí como un no definitivo—tampoco saltaré la cuerda. Sólo bebo el té a las cinco, no fingiré que bebo algo imaginario en tazas de juguetes con el resto de tu horda peluchil de muñecos. No, me niego.

Me crucé de brazos.

—Debe haber algo que podamos hacer… los dos. Volar en escobas, pociones, subir árboles, experimentos… ah, no eso no… pero existen miles de juegos, creo, que juegan los niños y las niñas juntos.

Bueno no era de sorprenderse su respuesta, aunque artemis si jugaba a lo que yo quisiera conmigo, ya ah sido "la señora gladis" en mis juegos de te,pero lukas se notaba que jamas haria eso.

Me quede pensando que podriamos hacer..no tenia muchas ganas de hacer los tipicos juegos, recorde algo que me tenia llena de una gran curiosidad, y ahora que no estaba sola, tenia la intencion de descubrirlo..

-podemos hacer algo ..mire con cierta malicia -hace unos dias, se escuchan unos ruidos en el sotano y papá nos prohibió entrar absolutamente, siempre que baja salee con su varita en la mano-

La miré con renovado interés, eso sonaba como algo que no deberíamos hacer, como algo que estaba mal, y ella lo había dicho: prohibido. Pero no puede evitar sonreír abiertamente ante el deseo de hacer algo nuevo e interesante. Quizás era mi deber decirle que no porque había prometido a mamá nada de problemas al señor Montesco, pero si lo hacía ella pensaría que tenía miedo, y yo no le tenía miedo a nada, ni siquiera al monstruo del sótano.

—Parece interesante—dije—Debe esconder alguna criatura salvaje allí dentro… mi madre siempre dice que las criaturas no son salvajes que somos nosotros los humanos los que las ponemos en nuestra contra… pero, en todo caso si fuéramos a investigar, nosotros no tenemos varitas. A mi no me importa… no se a ti.

Me puse de pie de un salto y le sonreí ampliamente, dispuesto a todo fui a mi baúl y saqué a Shyr de su escondite, ella no se podía perder esta aventura.

De verdad lo hariamos, una parte de mi no estaba totalmente segura, siempre obedecia y mas a mi papá, siempre me quejaba de artemis que nunca se portaba bien y daba puros problemas..pero este niño tenia algo que me causaba querer hacer lo que me dijeran que no hiciera.

-claro , tengo muchas ganas de ver que hay, y si no hacemos ruido no se enterara que bajamos, asi que no creeo que sea ni un problema-dije con tono exitante en mis palabras.

Me puse derechita, mire hacia las escaleras del estudio para asegurarme que papa no nos viera,-ven es por aqui-le dije en susurros, mientras caminaba de puntitas hacia la puerta del sotano

Agudicé mi oído y escuché del estudio el sonido de papeles y la plumilla rasgando los pergaminos, de vez en cuando el señor Montesco se reclinaba en la silla donde estaba sentado, parecía que su trabajo le llevaría un buen rato. Sonreí seguro de que no nos descubriría y estaríamos aquí antes de que él se diera cuenta, solo íbamos a echar un vistazo después de todo y lograría sacar algunas buenas fotografías.

Seguí a Luna por el pasillo hasta que nos detuvimos frente a una puerta de madera, pegué la oreja y no escuché nada.

—No hace ruido—le dije apartándome, luego fruncí el ceño mirándola acusadoramente— ¿No estarás engañándome verdad? Si me estás mintiendo no volveré a dirigirte la palabra en mi vida.