Leia y me encontre con la musica de tu voz [ Libre ]

Esa mañana se aburria demasiado. No habia clases y el uniforme estaba colgado en el armario y bien planchado por los elfos domesticos. Bajo por las escaleras del edifio Kugang hasta que llego despues de media hora a los jardines de los terrenos. Suspuso que no habria nadie ese sabado, pero la verdad es que cuando llego con su libro de pociones a los jardines estaba medianamente repleto de gente. Hacia un buen dia, eso si, pero le gustaba descansar en paz. Abrio el libro de pociones para repasarlo un poco pero la verdad, lo cerro enseguida al ver que habia un hueco libre bajo la sombra de un árbol separado de la gente. Se dirigio allí con paso decidido y se sento en el cesped tranquilamente a leer el libro de nuevo.

Paso un rato largo hasta que al final decidio cerrar el libro y mirar a un punto fijo en la nada. No pudo evitar cerrar los ojos debido al cansancio, un cansancio que ultimamente le causaba quedarse dormida en clase o a veces, estar de pie y soñando a la vez. Abrio los ojos de repente y no habia nadie. Volvio a cerrarlos y se acurruco el libro contra su pecho. Comenzo a soñar aquella pesadilla que la atormentaba siempre todas las noches. En aquel sueño salia un hombre y ella a su lado, de noche y en mitad de unos jardines o de alguna parte del bosque. Ella estaba tumbada en el cesped y el hombre le aferraba las muñecas por encima de su cabeza para sujetarla fuertemente. Ella intentaba zafarse y comenzaba a llorar y ahi se desperto de nuevo con lágrimas en los ojos.

Siempre era lo mismo. Desde hace unas noches comenzo a tener esos sueños extraños cada noche o simplemente cuando cerraba los ojos y se disponia a descansar un rato. Se sento un poco mejor en el cesped contra el árbol y suspiro mirando al suelo.

Levanto su rostro y vio a un joven de ojos claros...y era moreno. Los morenos residian por todas partes. Le sonrio ampliamente y puso su lado al lado. Lo miro de arriba a abajo y enseguida supo por esa sonrisa que se le planto en la cara que no era de fiar, o al menos eso recordo lo que le enseño su madre. Nunca te fies de una sonrisa en lo primero. Fiate en sus ojos y piensa con precaución. No le habia visto por la escuela ni por el jardín, pero prefirio ser educada.

-Buenas tardes-Mantuvo su sonrisa en la cara y suspiro volviendo su mirada al libro y cogerlo para comenzar a leerlo. Vio los zapatos quietos del joven y alzo de nuevo la vista-¿Puedo ayudarte en algo?-Pregunto con amabilidad. No sabia que quería el joven, pero siguio manteniendo una actitud amable. Lo que pudiera por el momento. Los jardines se encontraban solitarios y sorprendentemente estaba a solas con ese chico, como si de repente la raza humana hubiera dejado de existir de repente y solo hubieran quedado ellos a solas y sin ninguna vigilancia.

Selene se puso nerviosa de repente y se levanto con el libro en mano, aferrandolo contra su pecho y pasando por delante del joven.-Lo siento..he de irme-Hablaba a cachos y entrecortadamente ¿Que le pasaba?. No sabia porque, pero aquel joven le encrispaba los nervios y creyo que se estaba comportando muy mal. Paro de repente y se dio la vuelta para dirigirse donde el joven y disculparse.-Escucha, no quise...irme asi de esta manera, pero..-hizo una breve pausa y aferro mas el libro-No se, estamos solos y no se si esta bien que estemos asi.-Le miro fijamente mientras le hablaba con firmeza.

Miró a los alrededores de la escuela y simplemente se quedo mirando al joven a ver que es lo que decía-Bueno...¿Buscabas a alguien?-pregunto por decir algo, aunque si buscaba a alguien, bien podria ayudarle o no. Quien sabia.

Le miro con el ceño fruncido y resoplo cruzando los brazos. Sí. Era sencillo la verdad, pero se frustraba cuando no encontraba o se perdía en la búsqueda de algo por descifrar. Sonrió al ver que parecía querer echarla una mano y le mostro un sitio a su lado-Tienes razón, es solo que no soporto ver las cosas así de sucias, borrosas. A mí las cosas claras.-No pudo evitar soltar una risita tonta al decir eso pues le hacía gracia. No sabía porque, pero era verdad que no le gustaba andarse con rodeos. Cogió el libro de las manos de Michael y como se había perdido la página volvió a buscarla de nuevo y encontró de nuevo la frase que quería descifrar.

Miro a Michael y después puso su vista en las hojas de pergamino, entintadas con ilustraciones demostrativas y puso el dedo índice intentando borrar la tinta que había sobre el enunciado emborronado. Los jardines seguían solitarios bajo la atenta mirada de los brillos del sol que iluminaban tenuemente los jardines de la escuela. Esa tarde, al parecer, el destino se había encaprichado que ese joven estuviera a su lado, pero suspiro antes de sonreír ampliamente a Michael.

-Pues bueno, empecemos a descifrar lo que dice el enunciado, la verdad-Dijo mirando al libro interesada por lo que decía. Intento varias formas de quitar el borrón pero seguía inerte en el mismo sitio Le paso el libro a Michael y le dejo que lo intentara.