Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Greewitch :: :: La taberna.
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Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
En tiempos como estos era un desastre salir a las calles. La gente se consumía en la desesperación, y pedían limosna a cualquiera, si reconocían a un mortífago lo acorralaban y le pedían favores, como si pudiéramos solucionarles todo. El colmo, en todo caso era que mencionaran su tipo de sangre, como si me importara eso, para ayudarles; de echo como si tuviera interés de ayudarles en algo. Estaba harta de lo mugriento del mundo, mucho mas, que se consumiera. No veía el progreso en ningún lado, el mundo mágico se consumía y solo pocos, parecíamos hacer algo al respecto. ¿Dónde se escondían los verdaderos magos? ¿Los dignos de llamarse de nuestra clase?
Solté un bufido, mientras caminaba por las calles por las que me encontraba. Por muchos de los locales, habían fotografías de personas buscadas o desaparecidas. Los caza-recompensas se las llevaban para hacer el trabajo sucio de mis compañeros. Yo, ni me entumecía con ellos, me causaban asco. Eran magos, en su mayoría, pero no parecían tener conocimiento de su propia dignidad.
Continue mi camino sin mucha prisa. Algunos me reconocían y me evitaban, otros tantos, solo me observaban caminar sin decir nada, lo cual era mejor para ellos. Después de un par de minutos me aburrí de ser centro de miradas. Cubrí mi rostro en parte gracias a mi túnica y coloque aquella mascara misteriosa y terrorífica que amenazaba la tranquilidad de los que me rodeaban. Inmediatamente observe el resultado de mi acto. Ya nadie se atrevía a observarme a la cara directamente, quizás porque decía mucho sobre cómo me comportaría con ellos, o porque por otro lado, imaginaban que era alguna figura misteriosa que no querían enfrentar en su vida. Eso me gustaba, su respeto me alagaba.
Llegue a una taberna; pocas personas se encontraban allí actualmente. Los pocos que notaron mi presencia, me miraron determinadamente obligandome a reverlar quien era. Me reconocieron como una de las nuevas. Camine con la frente en alto y con cierta arrogancia hasta la barra.
-¿Lo de ayer señorita Rounier?- apenas asentí ante su comentario, y él me paso una botella de whiskey con una copa más limpia que muchas en su repisa.
Solté un bufido, mientras caminaba por las calles por las que me encontraba. Por muchos de los locales, habían fotografías de personas buscadas o desaparecidas. Los caza-recompensas se las llevaban para hacer el trabajo sucio de mis compañeros. Yo, ni me entumecía con ellos, me causaban asco. Eran magos, en su mayoría, pero no parecían tener conocimiento de su propia dignidad.
Continue mi camino sin mucha prisa. Algunos me reconocían y me evitaban, otros tantos, solo me observaban caminar sin decir nada, lo cual era mejor para ellos. Después de un par de minutos me aburrí de ser centro de miradas. Cubrí mi rostro en parte gracias a mi túnica y coloque aquella mascara misteriosa y terrorífica que amenazaba la tranquilidad de los que me rodeaban. Inmediatamente observe el resultado de mi acto. Ya nadie se atrevía a observarme a la cara directamente, quizás porque decía mucho sobre cómo me comportaría con ellos, o porque por otro lado, imaginaban que era alguna figura misteriosa que no querían enfrentar en su vida. Eso me gustaba, su respeto me alagaba.
Llegue a una taberna; pocas personas se encontraban allí actualmente. Los pocos que notaron mi presencia, me miraron determinadamente obligandome a reverlar quien era. Me reconocieron como una de las nuevas. Camine con la frente en alto y con cierta arrogancia hasta la barra.
-¿Lo de ayer señorita Rounier?- apenas asentí ante su comentario, y él me paso una botella de whiskey con una copa más limpia que muchas en su repisa.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Estaba yo sentando en la taberna, aquella tarde tan igual a otras tantas, sin nada interesante que hacer, es por eso que me habia decidido a entrar en primer lugar, quería buscar alguien interesante con quien pudiera divertirme un rato, pero no encontre más que unos buenos para nada y unos caras de no soy interesante u otros que parecia que llevaban un letrero que decia ni matarme sería divertido.
Estaba en una de las mesas, tomando una copa de vino tinto, con la capucha de mi tunica rojo sangre cubriendome el rostro para que nadie reconoceria a Yahet Dovonan, parlamentario que estaba en una polciga como esa. El color de mi tunica no me hacia pasar desarpercibido si no al contrario, todos me notaban pero al mismo tiempo me rehuian, un desconocido tan llamativo no era algo comun en esos dias y aun mejor era un mal agüero para muchos, por lo tanto era normal que nadie se acercase a mi ni me dirijiesen una sola palabra, incluso el camarero, seguramente el unico que habia, le temblaba la voz cuando me habia tomado la orden.
Necesitaba algo de diversion, eso era seguro, un poco de sangre derramada, casi podia imaginarme la sensacion, pero como parlamentario que era tenía que ser cuidadoso, no podia perder mi puesto, por andar actuando a loco, no es que llenar papeleo me diviertiera pero mi posicion me otorgaba muchas ventajas y privilegios.
De pronto, se escucho la puerta abrirse, una figura enmascarada, cubierta por su tunica entro, la mascara llamo su atención; un mortifago, que se vio obligado a revelar su identidad a unos cuantos de los presentes, llegó hasta la barra y ordeno.
Me levante, y rapidamente me sente en el banco junto al recien llegado, justo a tiemp para enterarme que era una mujer, una tal señorita Rounier.
-Tu pareces ser interensante- le dije, al tiempo que chasqueaba mis dedos, haciendo que la botella de whiskey que estaba apunto de agarrar, se alejara de ella y se pusiera enfrente de mi como si una fuerza invisible la hubiese arrastrado en esa dirección.
Estaba en una de las mesas, tomando una copa de vino tinto, con la capucha de mi tunica rojo sangre cubriendome el rostro para que nadie reconoceria a Yahet Dovonan, parlamentario que estaba en una polciga como esa. El color de mi tunica no me hacia pasar desarpercibido si no al contrario, todos me notaban pero al mismo tiempo me rehuian, un desconocido tan llamativo no era algo comun en esos dias y aun mejor era un mal agüero para muchos, por lo tanto era normal que nadie se acercase a mi ni me dirijiesen una sola palabra, incluso el camarero, seguramente el unico que habia, le temblaba la voz cuando me habia tomado la orden.
Necesitaba algo de diversion, eso era seguro, un poco de sangre derramada, casi podia imaginarme la sensacion, pero como parlamentario que era tenía que ser cuidadoso, no podia perder mi puesto, por andar actuando a loco, no es que llenar papeleo me diviertiera pero mi posicion me otorgaba muchas ventajas y privilegios.
De pronto, se escucho la puerta abrirse, una figura enmascarada, cubierta por su tunica entro, la mascara llamo su atención; un mortifago, que se vio obligado a revelar su identidad a unos cuantos de los presentes, llegó hasta la barra y ordeno.
Me levante, y rapidamente me sente en el banco junto al recien llegado, justo a tiemp para enterarme que era una mujer, una tal señorita Rounier.
-Tu pareces ser interensante- le dije, al tiempo que chasqueaba mis dedos, haciendo que la botella de whiskey que estaba apunto de agarrar, se alejara de ella y se pusiera enfrente de mi como si una fuerza invisible la hubiese arrastrado en esa dirección.
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Un compañero indeseado era aceptable, mientras no jugara a “quiero conocerte”. El que se sentó a mi lado, lamentablemente, no se percato de mis pocas ganas de hacer amigos…o lo que fuera. Las ganas de socializar estaban a una larga distancia de mis propósitos actualmente, así que su acto fue molesto.
Gire la mirada hacia él, fuera quien fuera y apreté la mandíbula. Sacar mi varita en público causaría gran revuelto, y aunque no me interesaba la opinión de los demás, no quería anunciarme en un lugar así. Pase mi mano por el muslo a lo que divisaba al desconocido. Tengo que admitir que su túnica tan llamativa, podía causar intriga, pero si fuera alguien conocido, no hubiera utilizado las palabras que pronuncio.
Mi futura bebida, se deslizo hacia sus manos. Le seguí el rastro de mala gana. El rostro se me entumeció y solté un respiro.
-No debiste haber hecho eso- bufe por lo bajo.
Me recordé que no sería yo la que causara revuelto, pero tampoco me quedaría con esa como si nada. Tenia un humor que me llevaba el demonio, así que ese imbécil me serviría para desquitarme un poco. Le sonreí ligeramente y lleve mi puño hasta su rostro.
Gire la mirada hacia él, fuera quien fuera y apreté la mandíbula. Sacar mi varita en público causaría gran revuelto, y aunque no me interesaba la opinión de los demás, no quería anunciarme en un lugar así. Pase mi mano por el muslo a lo que divisaba al desconocido. Tengo que admitir que su túnica tan llamativa, podía causar intriga, pero si fuera alguien conocido, no hubiera utilizado las palabras que pronuncio.
Mi futura bebida, se deslizo hacia sus manos. Le seguí el rastro de mala gana. El rostro se me entumeció y solté un respiro.
-No debiste haber hecho eso- bufe por lo bajo.
Me recordé que no sería yo la que causara revuelto, pero tampoco me quedaría con esa como si nada. Tenia un humor que me llevaba el demonio, así que ese imbécil me serviría para desquitarme un poco. Le sonreí ligeramente y lleve mi puño hasta su rostro.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
De pronto vi su puño velozmente dirigiendose a mi rosto y lo siguiente que supe es que habia sido derribado de un golpe de mi asiento, una vez en el piso, sitiendo aun dolor en mi rostro me desaturdí y comence a reir.
Una chica de armas tomar- pensé - me gusta
-Asi que ¿te crees muy ruda? - inquiri con un gesto burlon en mi rostro, chasqueé mis dedos y el banco sobre el cual se encontraba sentada, se balanceo bruscamente, tirandola. Rei con fuerza, mientras me reincorporaba.
- Me gustan los juegos- le advertí
Una chica de armas tomar- pensé - me gusta
-Asi que ¿te crees muy ruda? - inquiri con un gesto burlon en mi rostro, chasqueé mis dedos y el banco sobre el cual se encontraba sentada, se balanceo bruscamente, tirandola. Rei con fuerza, mientras me reincorporaba.
- Me gustan los juegos- le advertí
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Cayó al suelo, haciendo un sonido fuerte. Nuestros otros acompañantes intrigados por el suceso dirigieron sus miradas hacia nosotros. El tipo, para llamar más la atención chasqueo sus dedos y mi asiento se tambaleo. Intente sostenerme, pero también caí al suelo. Le dedique una mirada asesina, pero no iba a matar a alguien que no sabía quién era… prefería conocer a mis victimas, para poder explicar mis actos.
El echo una risotada, que mas me hirvió la sangre. Odiaba las personas así, tan…tan…desesperantes, maleducadas y prepotentes; las odiaba con toda mi alma, así yo también era una persona con esas características. Me levante poco a poco, sintiendo mi varita en el bolsillo de mi pantalón invitándome a sacarla y acabar con el imbécil que tenía frente a mí.
“Me gustan los juegos” – murmuró como si me importara o como si le hubiera preguntado para que me hablara. Le dedique una sonrisa que no enviaba felicidad a mis ojos.
De pie, hice un gesto con la mano. Bien, él quería un juego, se lo daría, me ayudaría a liberarme. Había aprendido un par de cosas sin la varita, el mejor instrumento que existía para dominar nuestra magia interna, así que esta sería una buena oportunidad para ponerme a prueba. Una ráfaga de viento movió mi cabello ligeramente, pero rodeo al tipejo arrastrándolo hasta la pared más cercana.
Aproveche esos segundos para tomar mi bebida. Di un sorbo al whiskey y camine hacia el encapuchado. Ahora podía ver algo de su rostro y se me hacia familiar. Como si lo hubiera visto antes en algún lado, pero no recordaba donde.
El echo una risotada, que mas me hirvió la sangre. Odiaba las personas así, tan…tan…desesperantes, maleducadas y prepotentes; las odiaba con toda mi alma, así yo también era una persona con esas características. Me levante poco a poco, sintiendo mi varita en el bolsillo de mi pantalón invitándome a sacarla y acabar con el imbécil que tenía frente a mí.
“Me gustan los juegos” – murmuró como si me importara o como si le hubiera preguntado para que me hablara. Le dedique una sonrisa que no enviaba felicidad a mis ojos.
De pie, hice un gesto con la mano. Bien, él quería un juego, se lo daría, me ayudaría a liberarme. Había aprendido un par de cosas sin la varita, el mejor instrumento que existía para dominar nuestra magia interna, así que esta sería una buena oportunidad para ponerme a prueba. Una ráfaga de viento movió mi cabello ligeramente, pero rodeo al tipejo arrastrándolo hasta la pared más cercana.
Aproveche esos segundos para tomar mi bebida. Di un sorbo al whiskey y camine hacia el encapuchado. Ahora podía ver algo de su rostro y se me hacia familiar. Como si lo hubiera visto antes en algún lado, pero no recordaba donde.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Primero me miro con unas ganas de matarme, lo sabia y luego me sonrio, luego un gesto con la mano "que detalle".
De pronto un leve viento sopló su cabello ondeo, y cuando esperaba la ligera brisa que acariciara mi piel, la rafaga de viento me envolvio aprisionandome y arrojandome contra la pared, mi capucha se descompuso un poco, ella se acerco a mi y por un momento me observo.
"Lo más tonto que pudiste hacer"
Un rictus cruel, tan caracteristico en mi floreo en mi rostro. Ella comenzó a toser y se llevo las manos a la garganta, sabia lo que sentia pues yo lo estaba provocando, la estaba estrangulando con mi poder. Vi su mirada de confusion, y tal vez una mezcla de miedo, mientras luchaba por respirar. En ese momento me libre del aire que me mantenía cautivo, levante mi brazo izquierdo y extendi mi palma, de inmediato ella salio despedida hacia la pared contraria.
Al momento deje de estrangularla con mi poder, "sería una pena terminar tan pronto el juego" pensé.
Mientras me acercaba a ella, que esta recuperando primero el aliento y luego del golpe, la observaba con mas atencion, un leve presentimiento surgio en mi pecho, parecia que habia algo familiar en ella.
De pronto un leve viento sopló su cabello ondeo, y cuando esperaba la ligera brisa que acariciara mi piel, la rafaga de viento me envolvio aprisionandome y arrojandome contra la pared, mi capucha se descompuso un poco, ella se acerco a mi y por un momento me observo.
"Lo más tonto que pudiste hacer"
Un rictus cruel, tan caracteristico en mi floreo en mi rostro. Ella comenzó a toser y se llevo las manos a la garganta, sabia lo que sentia pues yo lo estaba provocando, la estaba estrangulando con mi poder. Vi su mirada de confusion, y tal vez una mezcla de miedo, mientras luchaba por respirar. En ese momento me libre del aire que me mantenía cautivo, levante mi brazo izquierdo y extendi mi palma, de inmediato ella salio despedida hacia la pared contraria.
Al momento deje de estrangularla con mi poder, "sería una pena terminar tan pronto el juego" pensé.
Mientras me acercaba a ella, que esta recuperando primero el aliento y luego del golpe, la observaba con mas atencion, un leve presentimiento surgio en mi pecho, parecia que habia algo familiar en ella.
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
{Has jugado un poco con mi pj. Describiendo lo que siento y he hecho; aunque se supone que no deberías hacerlo lo dejo pasar, para la próxima, solo anuncia el efecto que tendré y yo lo expondré a mi manera. PD; no me lo tomes a mal xD}
Mi bebida cayó al suelo por instinto. No podía sujetarla porque volvía a hacer atacada. El tipo continuaba acorralado contra la pared, pero al parecer conocía otros trucos de magia sin varita.
Pronto se me comenzó a cortar el aire, como si hubiera dejado de respirar. Abrí un poco la boca para recibir aire, pero no llegaba a mis pulmones. Lleve las manos al cuello, esperando entrar algo que me apretara, pero no había nada. Sentía la presión matándome, pero literalmente no tenía nada que lo estuviera haciendo. Me imagine como un pez fuera del agua intentando sobrevivir.
Perdí el control y mi concentración. El encapuchado quedo libre de su prisión y parecía dispuesto a continuar jodiendome la vida. Movió su mano y yo me eleve en el aire para ser lanzada a la pared opuesta. Caí sobre una mesa, rompiéndola y lastimándome un brazo. Como todo un humano deje escapar algo de sangre por la boca. Limpie mi mejilla cuando finalmente pude recibir aire. Comencé a toser en la desesperación de respirar grandes bocadas.
Levante la mirada; él se acercaba a mi despacio. Las personas presentes se escondían o simplemente había aprovechado algún momento de la pelea para desaparecer sin dejar rastro. Solo quedaba el dueño a simple visibilidad, observándonos desde la barra.
Me obligue a mi misma a sacar mi varita. No quería ser la primera en hacerlo, pero no contaba con que el tipo supiera como estrangularme sin tocarme. Iba contra mi propia ética, hacer semejante acto, pero a veces uno hacia cosas que no siempre eran semejantes a nuestros pensamientos. Apunte la varita hacia él y pronuncie el primer hechizo que me vino a la mente.
-Depulso –susurre casi sin habla.
Mi bebida cayó al suelo por instinto. No podía sujetarla porque volvía a hacer atacada. El tipo continuaba acorralado contra la pared, pero al parecer conocía otros trucos de magia sin varita.
Pronto se me comenzó a cortar el aire, como si hubiera dejado de respirar. Abrí un poco la boca para recibir aire, pero no llegaba a mis pulmones. Lleve las manos al cuello, esperando entrar algo que me apretara, pero no había nada. Sentía la presión matándome, pero literalmente no tenía nada que lo estuviera haciendo. Me imagine como un pez fuera del agua intentando sobrevivir.
Perdí el control y mi concentración. El encapuchado quedo libre de su prisión y parecía dispuesto a continuar jodiendome la vida. Movió su mano y yo me eleve en el aire para ser lanzada a la pared opuesta. Caí sobre una mesa, rompiéndola y lastimándome un brazo. Como todo un humano deje escapar algo de sangre por la boca. Limpie mi mejilla cuando finalmente pude recibir aire. Comencé a toser en la desesperación de respirar grandes bocadas.
Levante la mirada; él se acercaba a mi despacio. Las personas presentes se escondían o simplemente había aprovechado algún momento de la pelea para desaparecer sin dejar rastro. Solo quedaba el dueño a simple visibilidad, observándonos desde la barra.
Me obligue a mi misma a sacar mi varita. No quería ser la primera en hacerlo, pero no contaba con que el tipo supiera como estrangularme sin tocarme. Iba contra mi propia ética, hacer semejante acto, pero a veces uno hacia cosas que no siempre eran semejantes a nuestros pensamientos. Apunte la varita hacia él y pronuncie el primer hechizo que me vino a la mente.
-Depulso –susurre casi sin habla.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
(Respecto a tu nota, perdon, me disculpo por eso, y no te preocupes no me lo tomo a mal, gracias por indicarmelo, disculpa si te cause molestias)
Mi error, me detuvo a pensar de donde se me hacia familiar, momento que utilizo para sacar su varita, el hechizo me hizo salir despedido en dirección contraria a no más de dos metros.
En cuanto caí al piso sabia que era lo que tenía que hacer, separarla de su varita, lo cual no podía ser más facil gracias a mi telepatia, chasquee mis dedos, su varita salio de su mano, "mucho mejor que el encantamiento de desarme"
Me incorpore, tan rapido como pude mientras sacaba mi varita, la mire le apunte y grite
-Inmovilus!
Luego me dedique a observar el lugar, ya podia darme el lujo de hacerlo teniendola inmovil, habia algunos, cubriendose, otros escaparon, el dueñoel unico a la vista.
"No quiero testigos"
Levante mi varita hacia él, y grite -Avada Kedavra-, la maldición golpeo al tabernero en medio del pecho, arrojandolo sobre el estante tras él, cayo al piso irremediablemente muerto.
"Creo que necesitamos darle mas emoción al ambiente" Levante mi varita al techo
-Incendio!
El techo se prendio en llamas, otros pocos que quedaban huyeron al presenciar el asesinato, pero esta vez el lugar quedo vacio, al ver que se comenzaba a quemar, del techo el fuego se esparciria a todo el lugar, o eso confiaba yo. Pero tardaría un rato.
Ya sin testigo me descubri la cabeza, volvi a apuntar a la chica con mi varita.
-Finite Incantatem- murmuré liberandola de la inmovilidad- Eres divertida y te me haces familiar, ¿nos conoceremos de algun lado?
Mi error, me detuvo a pensar de donde se me hacia familiar, momento que utilizo para sacar su varita, el hechizo me hizo salir despedido en dirección contraria a no más de dos metros.
En cuanto caí al piso sabia que era lo que tenía que hacer, separarla de su varita, lo cual no podía ser más facil gracias a mi telepatia, chasquee mis dedos, su varita salio de su mano, "mucho mejor que el encantamiento de desarme"
Me incorpore, tan rapido como pude mientras sacaba mi varita, la mire le apunte y grite
-Inmovilus!
Luego me dedique a observar el lugar, ya podia darme el lujo de hacerlo teniendola inmovil, habia algunos, cubriendose, otros escaparon, el dueñoel unico a la vista.
"No quiero testigos"
Levante mi varita hacia él, y grite -Avada Kedavra-, la maldición golpeo al tabernero en medio del pecho, arrojandolo sobre el estante tras él, cayo al piso irremediablemente muerto.
"Creo que necesitamos darle mas emoción al ambiente" Levante mi varita al techo
-Incendio!
El techo se prendio en llamas, otros pocos que quedaban huyeron al presenciar el asesinato, pero esta vez el lugar quedo vacio, al ver que se comenzaba a quemar, del techo el fuego se esparciria a todo el lugar, o eso confiaba yo. Pero tardaría un rato.
Ya sin testigo me descubri la cabeza, volvi a apuntar a la chica con mi varita.
-Finite Incantatem- murmuré liberandola de la inmovilidad- Eres divertida y te me haces familiar, ¿nos conoceremos de algun lado?
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Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Cayó al suelo en otro ruido sordo. Trate de levantarme de inmediato, pero fue más rápido. Un nuevo chasqueo de sus dedos y logro hacer otro truco. Mi varita salió desprendida de mi mano hacia la suya. Abrí los ojos perpleja. Andar desarmada no era la mejor sensación del mundo. Odiaba sentirme vulnerable y peor aun tan deprisa que no sabía como actuar.
Pero tarde mucho. Ahora tenía su varita hacia mí. Lanzo un hechizo y aunque pensé en esquivarlo, no sería posible. Me golpeo mas abajo del pecho y quede atrapada. Fue como estar dentro de una capsula que tomaba la forma de su cuerpo y no te permitía moverte en ninguna dirección; si no obligándote a quedarte así, en aquella incómoda posición mientras él quisiera.
Espere otro hechizo, pero nunca llego. En su lugar, dejo de mirarme y me dio la espalda. Lo observe fijamente. Era un hombre alto, o por lo menos mas que yo; desde atrás se notaba que tenia porte. Tenía gracia y elegancia, digno de alguien con buena posición. Eso me hizo pensar en muchas posibilidades. ¿Buena posición? ¿Ministerio?
“Avada Kedavra”. El dueño del local cayo detrás del estante con sus ojos abiertos llenos de miedo y sorpresa. El resto de los presentes desaparecieron entre varios “Crack”. El causante del pánico, y que comenzaba a recrearlo en mi, levanto la varita y prendió el techo en llamas. Todo estaba vacio y ahora quedábamos nosotros. Confiado, y aparentemente dispuesto a no matarme, dejo al descubierto su rostro.
Me libero del hechizo y me puse de pie inmediatamente. Coloque mis manos en la cintura molesta y con una variedad de insultos que variaban desde lo aceptable y la blasfemia. Extendí mi mano hacia él, en una petición cortes y silenciosa de mi varita, no era rebajarme a pedírsela.
-No hablare contigo hasta que me devuelvas mi varita imbécil- conteste de mala manera. No estaba en posición de alterarme, pero no tener mi varita en mano no ayudaba a mi autocontrol. Tal vez terminaba matándome por malcriada, total, acababa de matar a alguien así…sin mas, como si hubiera sido una mosca molestándole; y yo podría ser la otra. Suspire pesadamente y no aparte la mirada de su rostro.
Lo malo de todo aquello, que causaba que me enfermera más aun. Era que el tipo, tras quitarse la máscara, reveló su joven rostro por completo. Un chico no mayor que yo, guapo y demasiado atractivo para mi gusto. Podría presumirme en la cara, incluso escupirme, y me seguiría jodiendo que no fuera un mago con canas o calvo, lleno de arrugas y cicatrices feas.
Pero tarde mucho. Ahora tenía su varita hacia mí. Lanzo un hechizo y aunque pensé en esquivarlo, no sería posible. Me golpeo mas abajo del pecho y quede atrapada. Fue como estar dentro de una capsula que tomaba la forma de su cuerpo y no te permitía moverte en ninguna dirección; si no obligándote a quedarte así, en aquella incómoda posición mientras él quisiera.
Espere otro hechizo, pero nunca llego. En su lugar, dejo de mirarme y me dio la espalda. Lo observe fijamente. Era un hombre alto, o por lo menos mas que yo; desde atrás se notaba que tenia porte. Tenía gracia y elegancia, digno de alguien con buena posición. Eso me hizo pensar en muchas posibilidades. ¿Buena posición? ¿Ministerio?
“Avada Kedavra”. El dueño del local cayo detrás del estante con sus ojos abiertos llenos de miedo y sorpresa. El resto de los presentes desaparecieron entre varios “Crack”. El causante del pánico, y que comenzaba a recrearlo en mi, levanto la varita y prendió el techo en llamas. Todo estaba vacio y ahora quedábamos nosotros. Confiado, y aparentemente dispuesto a no matarme, dejo al descubierto su rostro.
Me libero del hechizo y me puse de pie inmediatamente. Coloque mis manos en la cintura molesta y con una variedad de insultos que variaban desde lo aceptable y la blasfemia. Extendí mi mano hacia él, en una petición cortes y silenciosa de mi varita, no era rebajarme a pedírsela.
-No hablare contigo hasta que me devuelvas mi varita imbécil- conteste de mala manera. No estaba en posición de alterarme, pero no tener mi varita en mano no ayudaba a mi autocontrol. Tal vez terminaba matándome por malcriada, total, acababa de matar a alguien así…sin mas, como si hubiera sido una mosca molestándole; y yo podría ser la otra. Suspire pesadamente y no aparte la mirada de su rostro.
Lo malo de todo aquello, que causaba que me enfermera más aun. Era que el tipo, tras quitarse la máscara, reveló su joven rostro por completo. Un chico no mayor que yo, guapo y demasiado atractivo para mi gusto. Podría presumirme en la cara, incluso escupirme, y me seguiría jodiendo que no fuera un mago con canas o calvo, lleno de arrugas y cicatrices feas.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Escuche la sarta de palabras que me dedico y despues su exigencia, exigencia, como si ella estuviera en posición de exigir algo, luego suspiro y se me quedo viendo.
-Que chica tan malcriada, te mereces un castigo- le dije y con un movimiento brusco levante mi varita y grite las palabras- Avada Kedavra!
La maldición como un haz de luz verde, el sonido del torrente que planeaba por el aire, iluminio la estancia a pesar de las llamas y se impacto en la pared, abriendole un hueco, a un par de centimetros del costado izquierdo de la muchacha.
Me carcajee, regocijandome con la idea de que seguramente la pobrecilla habia visto pasar su vida ante sus ojos. Nunca fue intención atinarle claro está, al menos no esa vez, pero la segunda no correría con la misma suerte, esta vez le daria justo en medio del pecho. Levante mi varita y grite - Crucio!
Me rei cruelmente y baje mi varita despues de un par de minutos.
-¿Con que, quieres tu varita?- inquiri, chasque los dedos y la varita, se levanto del piso y fue volando hasta mi, parando en medio del aire, junto a mi oreja derecha. Volvi a chasquear los dedos, una silla proxima, se arrastro hasta atras de mi, y procedi a sentarme, su varita siguio estando a la altura de mi oreja. Repetí el chasquido de dedos y esta vez el estante que el cantinero habia golpeado al morir se abrió, dejando salir una copa y una botella de mi vino favorito, la cual se abrio y sirvio contenido a la copa que fue hasta mi, lo mismo paso con la botella de whiskey que ella estaba bebiendo, aun sobre la barra, la botella sirvio bebida en su vaso y este fue volando hasta ella deteniendose a no menos de 30 de su cara. Volvi a chasquear mis dedos y otra silla se movio, colocandose junto a ella.
-Sientate- le indique- aun el fuego tardará en consumir el lugar, aprovechemos para hablar. O puedes preferir sentir en carne viva la maldición cruciatus de nuevo. Es tu elección.
Mientras esperaba a ver que haria, tome un trago de mi copa
-Que chica tan malcriada, te mereces un castigo- le dije y con un movimiento brusco levante mi varita y grite las palabras- Avada Kedavra!
La maldición como un haz de luz verde, el sonido del torrente que planeaba por el aire, iluminio la estancia a pesar de las llamas y se impacto en la pared, abriendole un hueco, a un par de centimetros del costado izquierdo de la muchacha.
Me carcajee, regocijandome con la idea de que seguramente la pobrecilla habia visto pasar su vida ante sus ojos. Nunca fue intención atinarle claro está, al menos no esa vez, pero la segunda no correría con la misma suerte, esta vez le daria justo en medio del pecho. Levante mi varita y grite - Crucio!
Me rei cruelmente y baje mi varita despues de un par de minutos.
-¿Con que, quieres tu varita?- inquiri, chasque los dedos y la varita, se levanto del piso y fue volando hasta mi, parando en medio del aire, junto a mi oreja derecha. Volvi a chasquear los dedos, una silla proxima, se arrastro hasta atras de mi, y procedi a sentarme, su varita siguio estando a la altura de mi oreja. Repetí el chasquido de dedos y esta vez el estante que el cantinero habia golpeado al morir se abrió, dejando salir una copa y una botella de mi vino favorito, la cual se abrio y sirvio contenido a la copa que fue hasta mi, lo mismo paso con la botella de whiskey que ella estaba bebiendo, aun sobre la barra, la botella sirvio bebida en su vaso y este fue volando hasta ella deteniendose a no menos de 30 de su cara. Volvi a chasquear mis dedos y otra silla se movio, colocandose junto a ella.
-Sientate- le indique- aun el fuego tardará en consumir el lugar, aprovechemos para hablar. O puedes preferir sentir en carne viva la maldición cruciatus de nuevo. Es tu elección.
Mientras esperaba a ver que haria, tome un trago de mi copa
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Lo sabía. Mi tono nunca fue amable, aun estando desarmada provocando su enojo. Vi como el haz de luz verde paso tan cerca de mí, que sentí literalmente a la muerte rosándome en una caricia. Mi vida se resumió en un mar de recuerdos breves y específicos; mi llegada a Greenwitch, el descubrir de mis antepasados, mi decisión de ser mortífaga y estar allí a punto de morir.
Respire con pesadez al saber que aun continuaba viva, sufriendo la humillación de mi compañero. No bastaba asustarme con sus actos, ni mucho menos atarme sin permitirme defenderme, sino que también opto por tomarme como su juguete. Comencé a sentir un odio incontrolable por él. Su muerte ante mi presencia seria una delicia…era un completo idiota que me tenia sin muchas opciones. Odiaba la sensación que tenia…la odiaba completamente.
Pero no bastaba. Para joder mas aun, ahora sufría el efecto de la maldición Cruciatus sobre mí. Era como ser apretada desde adentro. Un dolor que no tenia descripción. Costaba moverse y/o pensar en algo con claridad. Quería gritar, pero incluso ese simple acto era imposible. De pronto, se detuvo. Fue tan duro acabar el dolor así como empezó. Estaba como cansada. Mis huesos dolían y me sentía con pocas fuerzas para actuar; era la primera vez que usaban una maldición imperdonable conmigo.
Para cuando pude poner mi rostro a la altura y observarlo con todo mi odio sin disimular, una silla se arrastraba hacia mí. Se detuvo y él se sentó con mi varita flotando a su lado. Guarde silencio con el orgullo lastimado y me senté. No podía olvidar que yo seguía siendo mas joven y por tanto menos experta; tenia que dejar de presumir.
-¿Qué demonios quieres de mi?- pregunte atrevidamente, aunque una parte de mi me advertía de mi tono y de que podía recibir represarías de nuevo por mi actitud.
Respire con pesadez al saber que aun continuaba viva, sufriendo la humillación de mi compañero. No bastaba asustarme con sus actos, ni mucho menos atarme sin permitirme defenderme, sino que también opto por tomarme como su juguete. Comencé a sentir un odio incontrolable por él. Su muerte ante mi presencia seria una delicia…era un completo idiota que me tenia sin muchas opciones. Odiaba la sensación que tenia…la odiaba completamente.
Pero no bastaba. Para joder mas aun, ahora sufría el efecto de la maldición Cruciatus sobre mí. Era como ser apretada desde adentro. Un dolor que no tenia descripción. Costaba moverse y/o pensar en algo con claridad. Quería gritar, pero incluso ese simple acto era imposible. De pronto, se detuvo. Fue tan duro acabar el dolor así como empezó. Estaba como cansada. Mis huesos dolían y me sentía con pocas fuerzas para actuar; era la primera vez que usaban una maldición imperdonable conmigo.
Para cuando pude poner mi rostro a la altura y observarlo con todo mi odio sin disimular, una silla se arrastraba hacia mí. Se detuvo y él se sentó con mi varita flotando a su lado. Guarde silencio con el orgullo lastimado y me senté. No podía olvidar que yo seguía siendo mas joven y por tanto menos experta; tenia que dejar de presumir.
-¿Qué demonios quieres de mi?- pregunte atrevidamente, aunque una parte de mi me advertía de mi tono y de que podía recibir represarías de nuevo por mi actitud.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
¿Que demonios quieres de mí? me preguntó, aun seguia siendo impetuosa e insolente. "Creo que no capto bien la lección". Levante mi varita una vez más.
-Lo que quiero es... jugar - susurre esebozando mi rictus cruel y luego grite en el acto - Crucio!
Luego de un momento baje la varita e hice que el vaso que aun seguia flotando se colocara delante de su cara.
El fuego ya comenzaba a propagarse por las paredes, algunos pedazos de techo ya se estaban desprendiendo, el humo inundada el lugar pero con un movimiento de mi varita hice que se disipara al menos del lugar exacto donde estabamos.
-Bebe - dije imperiosamente, yo mismo tome otro trago de mi copa y luego con una voz más jovial le dije sonriendole. - Para serte sincero, si hay algo que quiero: busco a un aliado Crees que te interesaria?
-Lo que quiero es... jugar - susurre esebozando mi rictus cruel y luego grite en el acto - Crucio!
Luego de un momento baje la varita e hice que el vaso que aun seguia flotando se colocara delante de su cara.
El fuego ya comenzaba a propagarse por las paredes, algunos pedazos de techo ya se estaban desprendiendo, el humo inundada el lugar pero con un movimiento de mi varita hice que se disipara al menos del lugar exacto donde estabamos.
-Bebe - dije imperiosamente, yo mismo tome otro trago de mi copa y luego con una voz más jovial le dije sonriendole. - Para serte sincero, si hay algo que quiero: busco a un aliado Crees que te interesaria?
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Otra vez. Su varita me señalaba peligrosamente, hasta que finalmente sentí de nuevo el impacto. Sufría, horriblemente. La maldición corría por mis venas, torturándome desde adentro de una manera que no podía ni explicar. Esta vez, a diferencia, contuve mis movimientos. Me mantuve sentada en la silla, aunque me retorcía de dolor.
Cuando todo se hubo detenido se ofreció bebida. Quise, con toda mi alma, demarrarla sobre él, pero no era lo prudente. Simplemente me quede mirándolo, sin moverme. Ya no quería mas torturas, eran demasiado molestas y dolorosas.
Enarque una ceja cuando escuche sus palabras. ¿Aliado? ¿Esperaba que me uniera a lo que fuera que quería tratándome de esa manera? Si que era un idiota, a alguien demasiado peligroso y yo no lo sabía. Mordí el labio pensando exactamente que decir. Comentar sin analizar, podría fastidiarme de nuevo.
-¿Para qué?- dije con voz ronca –No pareces alguien que necesite de mucha ayuda.
Mire a hacia varias partes. Comenzaba a desmoronarse el local y pronto tendríamos que salir. Estaba segura que una negativa terminaría matándome; ya sabía demasiado sobre él con solo haberle visto el rostro, pero tampoco pensaba aceptar cualquier cosa.
-¿Sería mucho pedir hablar de esto en otra parte?- cuestione pacientemente.- ¿Y sin necesidad de torturarme?- añadí con un respiro.
Cuando todo se hubo detenido se ofreció bebida. Quise, con toda mi alma, demarrarla sobre él, pero no era lo prudente. Simplemente me quede mirándolo, sin moverme. Ya no quería mas torturas, eran demasiado molestas y dolorosas.
Enarque una ceja cuando escuche sus palabras. ¿Aliado? ¿Esperaba que me uniera a lo que fuera que quería tratándome de esa manera? Si que era un idiota, a alguien demasiado peligroso y yo no lo sabía. Mordí el labio pensando exactamente que decir. Comentar sin analizar, podría fastidiarme de nuevo.
-¿Para qué?- dije con voz ronca –No pareces alguien que necesite de mucha ayuda.
Mire a hacia varias partes. Comenzaba a desmoronarse el local y pronto tendríamos que salir. Estaba segura que una negativa terminaría matándome; ya sabía demasiado sobre él con solo haberle visto el rostro, pero tampoco pensaba aceptar cualquier cosa.
-¿Sería mucho pedir hablar de esto en otra parte?- cuestione pacientemente.- ¿Y sin necesidad de torturarme?- añadí con un respiro.
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Sonreí.
Tenia parte de razon en sus palabras.
-Debo decir que mis intereses son muy vastos. Pero los puedo resumir de la siguiente forma, quiero ganar poder y posicion de la monarquia y como yo lo veo, la forma de lograrlo es ayudando a aniquilar al Circulo de Fuego, soy un parlamentario, y si soy muy capaz pero necesito más ojos que vean donde yo no y manos que hagan el trabajo cuando yo no pueda y claro aquellos que me ayuden subiran conmigo- solte mi perodata, con un tono y ademanes un tanto dramaticos.
Me detuve a evaluar las condiciones del lugar el fuego ya casi devoraba todo ella tenia razon debiamos salir, termine el contenido de mi copa.
-Te dare un día para que lo consideres, mañana a esta misma hora deberás invocarme para darme tu respuesta, solo tienes que decir Yahet tres veces y yo asistire a donde sea que estes. Piensalo, por ahora yo me retiro, pero antes...
Le apunte con mi varita y grite Obliviate!, con la intención de hacerle olvidar mi rostro, luego me cubri con la capucha e hice que su varita flotante junto a mi, flotara hacia ella, colocandose frente a su rostro. Otro ademan de la varita - Bombarda - abriendo asi un hueco más grande en la pared detrás de la chica, me levante y sali del lugar por ese agujero dejandola a ella atrás.
Tenia parte de razon en sus palabras.
-Debo decir que mis intereses son muy vastos. Pero los puedo resumir de la siguiente forma, quiero ganar poder y posicion de la monarquia y como yo lo veo, la forma de lograrlo es ayudando a aniquilar al Circulo de Fuego, soy un parlamentario, y si soy muy capaz pero necesito más ojos que vean donde yo no y manos que hagan el trabajo cuando yo no pueda y claro aquellos que me ayuden subiran conmigo- solte mi perodata, con un tono y ademanes un tanto dramaticos.
Me detuve a evaluar las condiciones del lugar el fuego ya casi devoraba todo ella tenia razon debiamos salir, termine el contenido de mi copa.
-Te dare un día para que lo consideres, mañana a esta misma hora deberás invocarme para darme tu respuesta, solo tienes que decir Yahet tres veces y yo asistire a donde sea que estes. Piensalo, por ahora yo me retiro, pero antes...
Le apunte con mi varita y grite Obliviate!, con la intención de hacerle olvidar mi rostro, luego me cubri con la capucha e hice que su varita flotante junto a mi, flotara hacia ella, colocandose frente a su rostro. Otro ademan de la varita - Bombarda - abriendo asi un hueco más grande en la pared detrás de la chica, me levante y sali del lugar por ese agujero dejandola a ella atrás.
Invitado- Invitado
Re: Maldita sea mi endemoniada suerte {Yahet}
Alce mi mano para tomar mi varita. Una sensación de confortamiento me invadió al tenerla. Me sentía mas segura, pero no mas confiada. La baje, pero disimuladamente la mantuve firmemente apuntada a quien veía como mi enemigo. Termino su monologo, y no supe que contestarle. Por suerte, me obsequio un día para hacerlo.
Lo observe en sus movimientos. Mantenía la mente en blanco para no embarcarme en un mar de pensamientos sobre su proposición. Cuando observe su varita alzarse de nuevo, conjure un hechizo de protección. No quería mas ataques sorpresas de su parte. Me mordí el labio para no sonreír. Intentaba protegerse hacerme olvidar su rostro, pero fui mas rápida… aun tenía su imagen grababa en mi memoria.
Se fue haciendo escándalo. Utilizo un hueco, provocado por su mismo, para desaparecer de mi vista. Yo en cambio, apenas sin levantarme, desaparecí del lugar a cualquier otra parte. Estaba segura que el incidente aparecería a la mañana siguiente en el Profeta. No podía dejar rastros...ya tendría tiempo para pensar las cosas con calma.
Lo observe en sus movimientos. Mantenía la mente en blanco para no embarcarme en un mar de pensamientos sobre su proposición. Cuando observe su varita alzarse de nuevo, conjure un hechizo de protección. No quería mas ataques sorpresas de su parte. Me mordí el labio para no sonreír. Intentaba protegerse hacerme olvidar su rostro, pero fui mas rápida… aun tenía su imagen grababa en mi memoria.
Se fue haciendo escándalo. Utilizo un hueco, provocado por su mismo, para desaparecer de mi vista. Yo en cambio, apenas sin levantarme, desaparecí del lugar a cualquier otra parte. Estaba segura que el incidente aparecería a la mañana siguiente en el Profeta. No podía dejar rastros...ya tendría tiempo para pensar las cosas con calma.
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